Bruce Dern

Bruce Dern: "Entonces Hitchcock quiso levantarse pero se había quedado atascado en la silla"

Tiene una aparición estelar en 'Érase una vez en... Hollywood', de Quentin Tarantino. También protagoniza una coproducción española, 'Recuérdame'

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Al otro lado del teléfono, Bruce Dern suena amable, cercano, como ese mejor amigo que vive en la otra punta del mundo y se alegra de volver a oír tu voz. Lo que aquí leeréis es solo una pequeña parte de una entrevista que duró una hora y media. Intentaré que todo lo que me contó vea la luz algún día.

Nunca había hablado con un actor que hubiera trabajado a las órdenes de Alfred Hitchcock. ¿Cómo era en persona?
Era un hombre enorme, tan ancho que verle sentado o de pie no era muy distinto. Tenía el cuello como un neumático. Si te ponías a su lado no podía ni girar la cabeza para mirarte. Al final del primer día del rodaje de La trama quiso levantarse pero las lorzas se le habían incrustado debajo de los brazos de su silla de director y se quedó atascado. Ni pestañeó. “Bruce, por favor, échame un cable”, me dijo, muy tranquilo. También era un personaje excepcional. Cuando logró salir de dentro de la silla reunió a las 72 personas del equipo y les dio las gracias personalmente, estrechando manos a todo el mundo, a cada uno por su nombre.

En el año 2007 publicaste un libro titulado 'Things I've said, but probably shouldn't have', que era un conglomerado de anécdotas deslenguadas. Parece que tienes muchas historias en el buche.
Sí, ese libro fue un best seller durante un verano entero. Te puedo contar otra cosa que pasó cuando hacíamos 'La trama'. Estábamos en San Francisco, era julio. Un día se me acerca Hitchcock y me dice: “Bruce, ¿quién es ese chico que está cada día pegado al decorado espiándonos?”. Yo le dije que era Steven Spielberg, que lo único que quería era hablar con él cinco minutos para darle las gracias por lo que había significado en su vida y en su carrera. Hitchcock se puso pálido, empezó a temblar. “¡No quiero verlo! ¡Ese hombre me hace sentir como una puta!”.

¿Y eso? ¿Qué había pasado?
Ocho meses antes, la Universal había abierto un parque temático cuya atracción principal estaba relacionada con 'Tiburón'. Un productor llamó a Hitchcock y le dijo que le pagaría dos millones de dólares si prestaba su voz para el anuncio de la atracción. Era mucho dinero por un trabajo muy breve, así que aceptó. Para él, fue una prostitución.

¿Llegaron a hablar?
No. A veces Spielberg y yo recordamos esta historia. Spielberg es el padrino de mi nieto. En el 93 dirigió a mi hija Laura en 'Jurassic Park'. ¿Sabes? ¿Laura Dern? También es actriz. Como su madre, Diane Ladd. Somos la única familia de Hollywood en la que todos tenemos estrellas en el Paseo de la Fama. Entre los tres sumamos nueve nominaciones a los Oscars. Luego nunca nos los dan, pero bueno.

Hablemos de Tarantino. 'Érase una vez en... Hollywood' será vuestra tercera película juntos. ¿Cómo es trabajar con él?
Hay seis directores que me han cambiado la vida. El primero fue Elia Kazan. Cuando tenía 24 años me dijo que yo era un actor muy singular y que por desgracia no iba a triunfar hasta que cumpliera los 60. Imagínate qué chasco. Luego vinieron Hitchcock y Douglas Trumbull, que fue el director de efectos visuales de '2001', con quien yo hice 'Naves misteriosas'. Después Coppola y Alexander Payne. Y finalmente Quentin. Con él todas las películas son una fiesta. Mientras rueda el plano está siempre muy concentrado, pero a la que corta empieza la música, todo el mundo baila, hay mucha energía.

¿Por qué estos seis directores?
Por su humanidad. Tarantino entra en el set y es un rey paseando por su reino. Pero es siempre generoso, esté hablando con Samuel L. Jackson o con el conductor del camión. Fui feliz cuando me llamó para Django. Después hicimos Los odiosos ocho. Yo me pasaba la película sentado en un sillón, sin hacer nada, sin hablar. Él me dijo que yo era el personaje más magnético de todos, que el público no me perdería de vista, porque en ningún momento sabrían de qué podía ser capaz.

Este verano también te veremos en 'Recuérdame', una peli rodada en España y dirigida por un español, Martín Rosete.
Es una película que habla del Alzheimer a través de una historia de amor. No había estado nunca en España. Mi mejor amigo fue el ayudante de dirección de David Lean en Lawrence de Arabia y me contó muchas cosas, sobre todo de Almería. Ha sido fantástico verlo con mis propios ojos.

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