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Tras una puerta escondida en los baños, y después de sortear a una azafata cómplice que vende perfumes y jabones, se encuentra un precioso bar clandestino, de paredes y butacas de terciopelo rojo, alfombras de leopardo y una robusta barra de madera traída directamente de una iglesia parisina del siglo XVIII.
Este escondite perfecto que le hubiera encantado a Hemingway se encuentra en el renovado hotel NH Collection Suecia, que además de redecorar el espacio ha sumado una innovadora propuesta gastronómica -Casa Suecia- de la mano de Lluis Canadell, creador en Barcelona de espacios como Bocagrande o Lomo Alto, quien ha fusionado lo mejor de la gastronomía mediterránea con unos toques culinarios procedentes de Suecia, como su deliciosa Patata Hasselback o un sorprendente postre.
No os perdáis tampoco la terraza en dos alturas que ha inaugurado recientemente también en la azotea de este hotel, donde se alojaron personajes como Ernest Hemingway, Che Guevara y la Familia Real sueca, y que ofrece unas vistas increíbles de Madrid. Pero sin duda el espacio más original es su coctelería clandestina, un pasaje directo a un bar de los años 50, con lámparas de diseño y un reservado aún más privado al fondo, con un estampado de leopardo que recubre todo, del suelo al techo pasando por los cómodos sillones y los taburetes.
Cualquiera puede acceder a este exclusivo bar clandestino, aunque los huéspedes que se alojen en el hotel lo tienen aún más fácil ya que los ascensores que dan acceso a las habitaciones bajan directamente hasta este rincón secreto. Más sencillo, aunque se pierde el encanto de tener que acceder por una misteriosa puerta en los aseos. Eso sí, preparad la cartera, porque el precio medio de los cócteles es de 15 €. La exclusividad se paga.