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Hace apenas dos años echaba el cierre un icono de Malasaña. El Mercado de Fuencarral se despedía después de 17 años ofreciendo en sus 2.5000 metros cuadrados y hasta 60 comercios diferentes la oferta más vanguardista y moderna en cuanto a moda, joyería, tatuajes y estética en general. Ramón Matoses, propietario del edificio, justificaba entonces su cierre porque "se había cumplido un ciclo". Y puede que los 22 millones que pagó un fondo de inversión por su propiedad le ayudase a tomar esta decisión.
Y desde entonces, no se ha dejado de especular sobre qué marca ocuparía este espacio estratégico en la calle Fuencarral. A pesar de que los rumores apuntaban a un Uniqlo o incluso un H&M, este mes de agosto hemos salido de dudas. Otro fondo de inversión lo ha comprado por 50 millones de euros (quién dijo pelotazo inmobiliario) y va a alquilárselo a Decathlon.
Fin del misterio y de la heterogeneidad en una zona donde las tiendas pequeñas, vintage y con encanto tienen cada vez más complicado competir con las grandes firmas textiles.