Casto


¿Escucháis eso? Es el ruido provocado por Sofía Bustin y Sara Giménez antes incluso de que en noviembre pasado levantaran el cierre de su obrador situado en Chueca, junto a la Gran Vía. La liada se debe a que ellas tienen su tirón –ya sabéis, vienen de influir lo suyo– y porque esto de la bollería de nueva hornada está más caliente que nunca. El café nicaragüense es de Nica, referencia de garantías, mientras la bollería y pastelería artesanal tiene una base claramente francesa, desde los cinnamon rolls a los cruasanes de pistacho, o a esa criatura deliciosamente bastarda a la que llaman chuasán de chocolate, mitad churro mitad lo otro. La modernidad se gusta haciendo cola en la calle mientras el equipo de, ejem, bolleras comandado por Frank amasa a la vista de todos.