En la jerga bartender dash significa toque o pizca, y es eso lo que Rubén de Gracia aporta a
esta coctelería de Chamberí, un toque arriesgado a combinados clásicos con los que seducir a
la clientela y convencerla de que hay vida más allá del gin tonic. Una decoración sofisticada,
con luces tenues e indirectas, invitan al relax en este local, donde pequeñas bandas de jazz y
blues tocan cada noche. El fin de semana podemos desperezarnos y disfrutar del aperitivo con
hasta cinco variaciones de vermuts.