Reseña

Taberna La Elisa

4 de 5 estrellas
  • Bares y pubs | Taberna
  • precio 2 de 4
  • Barrio de las Letras
  • Crítica de Time Out
Gorka Elorrieta
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Time Out dice

Aquí hemos venido a pasárnoslo bien que son dos días. Y los responsables de TriCiclo ponen todo a favor en su última apertura, la más informal de las cuatro que ya suman en su catálogo (aparte del servicio de catering). Damos por establecido y cerrado ya el Triángulo TriCiclo en la calle Santa María. Javier Goya, Javier Mayor y David Alfonso acaban de diseñar un plan perfecto para llevarte a tus amigos de aperitivo (y lo que surja) por el Barrio de Las Letras. Porque eso es lo que proponen. Una carta abierta a todo y a todos. Puedes ir a picar algo y acabar improvisando una función epicúrea, absorbido por radiantes azulejos que ya cubrían esas mismas paredes mucho antes de que nacieras.

Y eso sucede por varias razones. Primero, siguen fieles a esa declaración de intenciones con que estructuran los platos. Aquí no puedes pedir un tercio de ración (una muy delicada frontera para gestionar en cocina) pero para casi todo puede llegar en medias raciones. Cambiad aquella sentencia de Luis Aragonés de “ganar, ganar y volver a ganar” por el verbo probar y su carta tenderá a infinito.

Segundo, han confeccionado un catálogo de platillos que van de una anchoa de Santoña o un mejillón tigre hasta unos caracoles en salsa o un lomo de vaca vieja con piquillos. Tiran líneas de fuga hacia lo castizo, hacia los guisos de siempre, pero entre ellas hay hueco para hacerlas a su manera, con ese punto de carácter e interés que se pierde cuando llevas toda la vida sirviendo la misma tapa de boquerones en vinagre.

Tercero, guardan bajo la manga un fuera de carta que no baja de cuatro o cinco opciones a cada cual más apetecible. De hecho, es aconsejable meter en el bombo estas efímeras propuestas antes de hojear la carta. La tentación está a la vuelta de la esquina. Puede ser unos huevos rellenos en pepitoria o unos cangrejos de río. Nuevos giros cada semana. Como una buena serie, vamos.

Cuarto, tejas, helado de vainilla y chocolate caliente.

Su última aventura se asienta en el respeto, homenaje y actualización del recetario más castizo (léase, dado de bacalao crujiente o patatas bravas), ese territorio donde barra y casquería (preparan litúrgicamente algo mejor que la BBC madridista, la MMO madrileña: manitas, mollejas y oreja) comparten protagonismo, como las cañas, que vuelan, y los vinos de Madrid, como el marisco los fines de semana y las cazuelitas para untar todo el pan de la cesta. Un pie en la tradición y el otro un peldaño más arriba, en su mejora; por ejemplo, esos apuntes en su bodega de vinos generosos por copas y referencias poco habituales.

Todas las tabernas en una. Con sus luces y sombras.

PD. Admiten reservas. Hazte un hueco junto a la ventana, en la mesa para seis –que se quieran bien- junto a la cocina o en alguna del piso inferior.

Detalles

Dirección
Santa María, 42
Madrid
28014
Transporte
Antón Martín (M: L1)
Horas de apertura
Lu. cerrado. De ma. a do. de 12.30 a 16 h y de 20 a 24 h
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