Porque no habéis probado un dónut de cocido en dos vuelcos. Ni unas manitas de ezkurtxerri. Un equilibrado juego de innovación y tradición que tiene en las dos vitrinas centrales un anzuelo infalible. Josean Merino, figura notable en el panorama de pintxos vascos desde su taberna vitoriana, trae algunas de sus premiadas creaciones. Más que un desfile estiloso y sápido de piezas en miniatura.
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