Pegada al museo Reina Sofía y a tiro de piedra de Atocha, K*SDAL se encuentra casi al final de la calle Argumosa, en el barrio de Lavapiés. De origen francés, el término que le da nombre equivaldría a la palabra que se emplea en argot en esta lengua para hacer alusión a lo que en español llamaríamos bocata. Esta bocadillería, especializada también en vinos naturales, no admite reservas y se plantea como opción ideal si te gusta comer a dos manos, pues el epicentro de su oferta de comida se compone de una selección de cuidados bocadillos.
Atravesando la puerta de entrada, enmarcada en un arco y hecha toda en cristal, el interior se extiende a lo largo, con varias mesas de madera altas a la entrada, todas ellas para dos personas, y mucha botella de vino a la vista, posicionadas en diferentes repisas. A medida que se avanza, alguna opción de mesa más grande, todas ellas altas y con taburetes. La barra ofrece también la opción de sentarse y, en este caso, de hacerlo con vistas a una cocina abierta, toda ella del mismo azul Klein que caracteriza la imagen corporativa de K*SDAL. En el exterior, media docena de mesas en hilera forman una terraza agradable que además goza de una buena sombra por la tarde.
En carta, corta y concisa, se invoca “L’apero”, ese aperitivo de tarde que se disfruta en otros países europeos y en el que la bebida se suele combinar con alguna elaboración de picoteo, para combinar bocados y tragos. En este caso, como en otros locales del perfil de wine bar que presenta este, no faltan las aceitunas y varias opciones de productos elaborados como anchoas, cabeza de lomo, jamón cocido trufado… y dos opciones de untables, un hummus y un baba ganush. Además, sardinas marinadas, una opción con el tomate como protagonista y un steak tartar clásico, elaborado al momento.
En la sección dedicada a los protagonistas, los bocatas, media docena de opciones, cinco de las cuales pueden pedirse por mitades, por si además del hambre te pica la curiosidad y prefieres probar más de uno. Opciones vegetales y veganas, como el Primavera, elaborado con verduras asadas muy bien aderezadas o el clásico bocadillo vietnamita Bahn Mi, con tofu, se alternan con tres opciones en las que la carne es la protagonista. El primero, un sándwich clásico de pastrami, el New York Style, jugoso y muy rico, el Mehmet es de pollo y salchicha Merguez de ternera con toque picante y salsa de yogur, para repetir y repetir, y Red Wine Beef, servido en pan de hamburguesa con ternera guisada durante cuatro horas, cebolla confitada, mostaza… por último, el Pain du Sud se elabora con atún fresco marinado combinado con vegetales y albahaca. Si te queda hueco, sus postres son caseros.
En la carta de vinos por copas, con precios algo más contenidos que en otros establecimientos centrados en el mismo tipo de bebida, se incluyen dos opciones de grifo (que van variando) además de tintos, blancos, espumosos y rosados nacionales y franceses, y una opción de "orange" elaborado en Gredos. Es posible, además, pedir botella, disponibles para consulta en el interior del local y, como alternativa, una pequeña selección de otras bebidas (cerveza artesana, vermut, tinto de verano, pastis, sidra o aguas frescas), así como de café y té chai frío.