Las mejores exposiciones de las galerías de arte de Madrid

El colectivo danés SUPERFLEX aborda con humor e ironía el cambio climático en su primera individual en Madrid. La muestra invita a explorar un futuro en el que los humanos serán restos arqueológicos dentro de su propia debacle. Ante ese ocaso de la humanidad, otras especies se convertirán en las protagonistas del nuevo panorama, como las diez réplicas de moscas de la instalación 'Ten Flies Staring at Each Other' que se observan en una disposición antinatural. El colectivo también entiende las infraestructuras humanas como posibles vestigios de un futuro mundo afectado por el cambio climático con piezas como las máscaras mortuorias de la serie 'Power Toilet Death Masks', que en realidad son moldes de los inodoros que se utilizaron en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, o el vídeo 'Flooded McDonald’s', donde los artistas simulan una inundación en un restaurante de la conocida cadena, en el que este símbolo del capitalismo más voraz se hunde.

El azar y lo calculado se encuentran en la obra de José Castiella. El artista nos adentra en escenarios fantásticos, con ecos de la ciencia ficción, para cuestionar qué vemos y cómo lo entendemos. Castiella trabaja en torno al concepto de subcreación, en el que el artista actúa como un creador secundario que da vida a nuevos mundos y perspectivas. Y es que los lienzos del pintor están habitados por pequeñas criaturas con personalidad y actitudes definidas, que aportan una narrativa a las obras. Pero, si miramos de cerca estos pequeños personajes, descubrimos que se trata de manchas de color indefinidas y producidas sin control, de forma aleatoria. Sin embargo, estos vertidos cromáticos cobran vida bajo el universo del autor subcreador y se convierten en personajes-mancha que conectan con nuestro mundo, su cultura pop, historia del arte e incluso conceptos que van más allá de lo banal e investigan lo espiritual o místico desde un enigmático cosmos paralelo en el que nuestros deseos, anhelos y miedos se encarnan en difusas manchas.

En un momento en el que se habla más que nunca del autocuidado, Romina Rivero presenta esta muestra que reúne varias de sus piezas, desde 2017 hasta la actualidad, y que se centra en la sanación del cuerpo y de la mente. Mediante diversas disciplinas, y partiendo de una experiencia personal que traslada a lo colectivo, Rivero aborda diferentes tipos de dolor: el relacionado con la salud, la guerra o el duelo por la muerte, pero también el de la violencia de género, el de la hiperproductividad en el ámbito laboral o el de la culpa. Para reparar el sufrimiento físico y emocional, la artista decide suturar, como si de una cirujana se tratase, las heridas. Así, el hilo es un elemento presente en toda la muestra como metáfora de la curación. Las piezas, de gran delicadeza, como es, de hecho, el dolor físico o mental, construyen una narrativa en la que, a partir de los cuidados, se logra alcanzar un bienestar en el que liberarse de los dolores y abrazar la felicidad.

Para esta exposición, Manu Arregui toma como referencia la obra 'Untitled (L-Beams)' del escultor minimalista Robert Morris, compuesta por tres piezas en forma de L, donde el artista negaba todo tipo de referencia a la figura humana. Arregui subvierte las formas geométricas de la obra de Morris, relacionándolas con molduras ornamentales y fotografías de historia de la danza. A través de estas imágenes, el artista muestra cómo las coreografías, al igual que las formas escultóricas, son construcciones culturales que no pueden eludir su origen humano y social. En la instalación de vídeo 'Ángulos rectos', Arregui vuelve a cuestionar el minimalismo, representado mayoritariamente por hombres, amplificando y renderizando la obra de Morris hasta desdibujar los límites entre escultura y arquitectura e introduciendo coreografías fragmentadas de estética camp. En el proyecto escultórico 'Dating App', el artista reflexiona sobre cómo las aplicaciones de citas frivolizan el deseo hasta petrificarlo y lo acercan a las frías geometrías minimalistas que homogeneizan los afectos y los cuerpos.

La artista mexicana presenta en esta exposición sus últimas obras, en las que continúa con su investigación sobre las formas y los usos de los objetos. En esta ocasión, Hikenaga se centra en la cerámica y reflexiona sobre sus procesos y técnicas de elaboración, sus utilidades e incluso la manera en que se muestra en los espacios. La artista nos invita a observar la cerámica desde otro punto de vista y para ello altera el estado habitual de estos objetos, que suelen funcionar bien como contenedores de líquidos, bien como piezas estéticas. Hikenaga realiza cortes transversales a las cerámicas, arrebatando sus funcionalidades principales y realzando otras cualidades que suelen pasar desapercibidas, como sus formas sinuosas, las marcas de producción, los colores o texturas de la materia. En obras como 'Flor de alcachofa' o 'Columna roja' los objetos cerámicos se convierten en esculturas y adquieren un nuevo estatus lejano a su función original que obliga a observarlas y estudiar sus estructuras artesanales situadas entre lo orgánico y lo industrial.