Rubens fue uno de los pintores más afamados y prolíficos de su época. Gran parte de su éxito se debió al buen funcionamiento de su estudio, en el que el pintor organizaba a sus asistentes y aprendices para producir obras de la forma más provechosa posible, sin perder de vista su estilo y visión de la pintura.
A menudo desconocidos para el gran público, los estudios de los pintores eran lugares clave para la creación y la educación. Esta exposición, compuesta por cerca de veinte cuadros, dibujos y grabados, muestra las diferentes formas de colaboración que se daban entre el pintor y sus ayudantes en el taller. La propuesta incluye una escenificación del taller del artista con caballetes, lienzos, pinturas, pinceles, brochas, paletas, tientos y otros materiales y objetos (algunos del siglo XVII y otros recreaciones), junto a libros, bustos y otras piezas que evocan los intereses e inspiraciones de Rubens, así como su afán coleccionista