Día 1: los alrededores de Moià
Hay quien, cuando llega a un lugar, busca enseguida un punto alto para situarse. Es lo que haremos nosotros: sólo pisar la comarca subiremos al Mirador de la Creu. Tiene este nombre porque en la cima hay una cruz de hierro que data del año 1900. Para llegar pasaremos por senderos entre jardines rodeados de plantas autóctonas. Las vistas son espectaculares: observamos gran parte del Moianès y también el Montseny, Montserrat, la Mola, el Montcau... Allí mismo tenemos el Jardín Botánico de Cal Riera, con unas 180 especies entre plantas medicinales, árboles frutales, arbustos y verduras de cultivo. El jardín nació en 1999 con una vocación divulgativa y didáctica.
Nos vamos a continuación a uno de los lugares más fantásticos y visitados de la comarca, las Cuevas del Toll. Las exploraciones han demostrado que aquí ya habitaban personas y animales salvajes desde la Prehistoria. Abiertas al público, siempre con visitas guiadas, podremos observar más de un kilómetro de bellas y singulares galerías. El guía nos explicará, entre otras cosas, cómo se descubrieron en época moderna, qué hallazgos se han hecho, qué excavaciones todavía se están llevando a cabo, y cómo, en otros tiempos, por aquí corría al mar. La visita quedará completa entrando en el Museu Arqueològic i Panteològic de Moià, situado en la casa donde nació Rafael Casanova; aquí se muestran muchos de los restos encontrados en las cuevas.