1. Valonia
Coqueta y a orillas del río Mosa, Dinant es como la perfecta ciudad de postal: un pueblo que se descuelga desde un acantilado (dominado por el imponente peñasco Bayard) hasta la orilla del río, el espejo en el que se reflejan sus llamativas fachadas de colores. Tan bucólica que suya es una de las fotografías más icónicas de Valonia, en Bélgica. Lo curioso es que, ese paisaje idílico es también el escenario de una de las citas posiblemente más insólitas (y divertidas) del verano en este país: la Regata Internacional de Bañeras (15 de agosto), que por un día se convierten en embarcaciones muy poco convencionales: sin motor y con la única ayuda de los remos para flotar río abajo hasta la línea de meta. Mientras, la orilla se llena de gente que baila al ritmo de la música en directo, come en puestos de street food y bebe cerveza belga. La fiesta está asegurada. Las risas y el chapuzón, también.