Mural de Colectivo Licuado en Alfamén, Zaragoza
Foto: Colectivo Licuado
Foto: Colectivo Licuado

Los pueblos de España con los murales de arte urbano más espectaculares

Recorremos el país de punta a punta y descubrimos pueblos famosos por el street art que llenan sus calles

Noelia Santos
Publicidad

Los que somos de ciudad estamos bastante habituados a ver ejemplos de street art por las calles, grandes, imponentes y bonitos murales (algunos más polémicos que otros) que son verdaderas obras de arte. Con este artículo os daréis cuenta de que este arte urbano no es patrimonio de las principales ciudades y que hay muchos pueblecitos repartidos por España que casi tienen más murales que calles y que eso, precisamente, los hace especiales. ¡Descubrimos qué es el rural art!

NO TE LO PIERDAS: Los pueblos más bonitos de Cataluña.

Penelles (Lleida)

Penelles es sinónimo de arte urbano –¡o rural!– desde hace años: el pueblo de la Noguera, de menos de 500 habitantes, acoge el festival Gargar, promovido por una pareja de diseñadores especialistas en museografía interactiva. En su quinta edición, el artista Berni Puig, vinculado al Konvent de Cal Rosal, pintó el interior de la iglesia, una obra colorista que se añade a los muchos murales que decoran el pueblo. "Había que arreglar las humedades, pero como teníamos presupuesto decidimos hacer un proyecto", explica Maria del Mar López Pinto, miembro de Binomic y promotora del festival.

Fanzara (Castellón)

Como quien levanta una cortina de humo. Así nació el Museo Inacabado de Arte Urbano (MIAU) en este rincón del Alto Mijares de menos de 300 habitantes. Solo que con spray de color para olvidar el conflicto por el proyecto de un vertedero de residuos tóxicos que tenía dividido al pueblo (y lo hizo famoso en televisión)."El objetivo no era pintar el pueblo, sino intentar que los vecinos nos lleváramos bien", señala Javi López, uno de los impulsores de este "proyecto social de convivencia". Siete años después, con 80 muralistas y más de 140 artistas, "todos los vecinos lo sienten como algo propio". Así que objetivo cumplido. Junto a la recuperación de la convivencia, la llegada de curiosos y aficionados "ayuda a mantener los comercios del pueblo". Para que luego digan que el grafiti no es positivo.

Publicidad

Alfamén (Zaragoza)

No está de paso, no tiene patrimonio… pero este pueblo de la Zaragoza profunda sí sentía la necesidad de llamar la atención y acabar con esa desventaja respecto a otras localidades más ricas de la comarca. Y gracias a 30 murales, la desconocida localidad aragonesa de Alfamén se ha convertido en referente del arte urbano en su entorno rural. El mérito es de Asalto, el festival zaragozano conocido por su efecto transformador en los barrios y espacios que interviene. Solo que, a diferencia de sus formatos habituales, este "es más íntimo", señala Luis García, uno de sus organizadores. Los artistas conviven con los vecinos, el pueblo se implica en las actividades y el resultado son obras que tienen un vínculo directo con el territorio. Y funciona, porque Alfamén se ha ganado ya hasta un sitio dentro de la ruta turística del vino de Cariñena, que hace parada obligada en sus murales.

Villangómez (Burgos)

La dinamización rural está en la hoja de ruta de Villangómez (con poco más de 200 habitantes) y su festival de música folk y degustación de pollo asado (más de 400 kilos en solo un fin de semana). "Pollogómez surge en 2010 para revertir la tendencia de despoblación", afirma Marco Sánchez, uno de los miembros de la asociación. Y parece que lo que empezó "con dudas, se ha consolidado con los años". La culpa la tiene, además de nombres como Kiko Veneno o La M.O.D.A., la apuesta por el arte urbano desde 2016. "La idea gustó desde el principio. De los 32 murales que hay actualmente, 12 se hicieron en esa primera edición y fue un boom". Y así han seguido, pintando muros año tras año (excepto en 2020, que hubo que cancelar la edición). En este tiempo, "el arte urbano se ha convertido en la mayor seña de identidad del pueblo, incluso más que el festival". Cuando se pueda viajar, acercaos y preguntad en el bar, ahí os darán el mapa con la ruta para que no os perdáis ningún mural.

Publicidad

Romangordo (Cáceres)

Artistas extremeños y alumnos de Bellas Artes llevan desde 2016 cambiado el aspecto de este pequeño pueblo cacereño de menos de 300 habitantes. Lo suyo son los trampantojos, con los que recuerdan escenas y oficios de la vida rural (y de paso ocultan espacios desaprovechados). ¿Queréis conocer la historia que hay detrás del centenar de intervenciones? Sacad el teléfono móvil y escanead los códigos QR.

Huarte (Navarra)

No será el más potente ni el que tiene más presupuesto, pero después de 17 años ininterrumpidos, Cantamañanas es el festival de arte mural más longevo de España. Ni la covid-19 pudo con ellos en 2020 y su director y muralista, Jabi Landa, afirma rotundo que en 2021 "lo vamos a hacer seguro". "Surgió de manera natural, como un diálogo entre los vecinos y un grupo de grafiteros, que es lo que éramos, con el único objetivo de desarrollar nuestra obra". Ese es el discurso del festival, cuya máxima pretensión es mantener esa identidad que los hace únicos. Entre sus 60 murales, firmas nacionales e internacionales: Bond, Malakkai, Taken, Pablo Astrain, Treze…

Recomendado
    Más de escapadas
      También te gustará
      También te gustará
      Publicidad