1. Museu Darder
Ya hace más de veinte años que el guerrero bosquimano - o Negro de Banyoles- no preside el Museo Darder. En 2000 finalmente se repatrió a Botsuana el ser humano disecado que simbolizaba la vertiente más kitsch del colonialismo (Xicu Cabanyes, el del bosque de pitos de piedra, hizo un molde del desafortunado cazador por si había que 'clonarlo'). Hoy, los animales disecados del Doctor Darder están confinados en el sótano. Pero aún impresiona ver los terneros siameses de dos cabezas y cinco patas, o un caimán disecado que parece que te vaya a tragar, si bosteza. Pero también es recomendable visitar antes el centro de interpretación del lago de Banyoles. Sobre todo porque es toda una planta del museo que desmiente, con datos y pedagogía, aquella tontería que repetían d'Arbó e Iker: "Es un misterio de donde viene el agua del lago de Banyoles".
Plaza de los Estudios, 2. (Banyoles. Girona)