1. Cala de Cap Roig (Sant Antoni de Calonge)
El nombre le viene dado por el islote de color rojizo que separa la playa en dos zonas, dos ambientes distintos. Además, y ajeno a los bañistas, el islote está coronado por pinos que le dan aún más personalidad. ¡Ah!, y es una pasada subirse a semejante roca y tomar desde allí fotos del entorno. La Costa Brava en estado puro. Podéis llegar a esta playa con un paseo a pie por el camino de ronda.