1. Cremallera y Funiculars de Montserrat: ascendiendo a un ícono catalán
Las montañas rocosas más icónicas de Cataluña dejarán de ser un misterio si hacéis esta escapada. Subid a bordo de estos trenes, el Cremallera de Montserrat y los funiculares de Sant Joan y de la Santa Cova, y las descubriréis en profundidad, además de todas las joyas arquitectónicas que esconde. El Funicular de la Santa Cova recorre un trazado de 262 metros y supera un desnivel de 118 metros, une el santuario con la cueva, la capilla troglodita adosada a la roca donde, según la leyenda, unos pastores encontraron la imagen de la Virgen de Montserrat. Desde el año 1929, los peregrinos han bajado con el funicular hasta este lugar emblemático, donde se respira arte y naturaleza. El Funicular de Sant Joan ofrece una impresionante panorámica de la montaña de Montserrat, desde una altura de 1.000 metros sobre el nivel del mar. La subida con el Funicular de Sant Joan es un viaje inolvidable, con una pendiente máxima del 65% y con un recorrido de 503 metros. Los orígenes del Tren de Montserrat se remontan a finales del siglo XIX y nacen de la necesidad de mejorar el acceso al santuario. El Cremallera de Montserrat es el transporte con más encanto que llega hasta el centro del recinto del Santuari de la Muntanya de Montserrat en 15 minutos. ¡Un viaje que os dejará de piedra! Pasajeros... ¡al tren!