Nos esperan 48 horas en Cambrils, uno de los olimpos para el paladar de la Costa Daurada, con muchas propuestas sobre la mesa, pero también con tiempo para 'no hacer nada'. Y es que así como la buena comida la debemos saborear con tranquilidad, también los atardeceres de Cambrils hay que mirarlos con serenidad, sentirlos en la piel, y recordar que el tiempo, a veces, puede ir más rápido o más despacio según lo deseamos.
CON LA COLABORACIÓN DEL PATRONATO DE TURISMO DE CAMBRILS