Tarde día 1: Canyelles-Olèrdola-Puig de l'Àguila
La ruta es semicircular, y por tanto podéis partir de donde más os convenga. Nosotros hemos salido de Canyelles, población por la que hemos paseado y en la que sobre todo llama la atención su castillo, que puso sus primeros cimientos en el siglo XV, si bien vivió diferentes etapas constructivas en tiempos posteriores. Hoy es vivienda privada, y declarado Bien Cultural de Interés Nacional.
Salimos de la población en dirección al Pla del Bosc, un espacio, como su nombre indica, llano, con masías y viñedos. Poco después el camino va subiendo, y por lo tanto las panorámicas, sobre Canyelles y el mismo Pla del Bosc, empiezan a ser fascinantes.
Os proponemos a continuación tomar el camino hacia Olèrdola. Estamos cambiando de comarca y nos encontramos en tierras del Alt Penedès. Pero la incursión vale la pena: Olèrdola es posiblemente el municipio del Penedès con más importancia histórica y con elementos arqueológicos de más valor. Incluso fue capital del Penedès. En el camino que estamos haciendo pasamos por la colina de Sant Miquel, donde está el conjunto histórico de Olèrdola, con yacimientos de diferentes épocas, y hoy una de las sedes del Museu d'Arqueologia de Catalunya.
Podemos dar una vuelta por la Olèrdola actual, ¡pero pensad que todavía nos queda camino por recorrer! Tenemos que volver sobre nuestros pasos, y entonces seguir las indicaciones hacia el Puig de l'Àguila. Situado a 465 metros de altura, es un lugar emblemático y concurrido por excursionistas, con unas vistas generosas del Penedès, el Garraf, y hasta los Pirineos, y en días claros no es raro ver desde aquí las montañas de Mallorca. Cuando hayamos recreado la mente y llenado del espíritu, podemos seguir el camino que nos acabará llevando de nuevo a Canyelles.