Tarde día 1: la ciudad del clown más querido
La primera tarde iremos a la ciudad que se encuentra más al sur, Cubelles. Nos encanta especialmente el hecho de que aquí nació y murió un payaso queridísimo y que, los que tienen cierta edad, seguro que lo recuerdan con su silla, su guitarra y su aullido característico. Nos referimos, claro está, a Charlie Rivel, o lo que es lo mismo, Josep Andreu (desde 1896 hasta 1983). Así que una de las primeras cosas que hacemos es visitar la exposición permanente dedicada al clown, ubicada en el Castillo Marqueses de Alfarràs. Podréis ver una colección casi íntima, en la que no faltan su vestido y los objetos de los que se acompañaba en el escenario, así como los premios que le dieron e imágenes de sus actuaciones.
Ya fuera, os recomendamos un tranquilo paseo por esta villa costera de poco más de 13.000 habitantes. Seguro que fácilmente encontraréis la iglesia de Santa Maria, del siglo XVIII y con una fachada que imita un acolchado de piedra, y también veréis Can Travé, un gran edificio de estilo clásico que había acogido una biblioteca de mitología clásica y un gabinete de historia natural. Pero quizás lo que más nos atrae de Cubelles es su aire romántico, gracias a las construcciones que levantaron los indianos o americanos en su regreso de América. Palacios, casas, masías y fuentes como las de la calle Mayor y la calle de Sant Antoni nos hablan de aquellas décadas bisagra entre los siglos XIX y XX, que transformaron el aspecto de Cubelles y de prácticamente todas las poblaciones del Garraf.