Tarde día 1: el Castillo de Claramunt
La Anoia fue espacio fronterizo y, como tal, un lugar donde los castillos adquirieron una importancia estratégica capital. De todos los que hoy se conservan, os invitamos a visitar el de Claramunt, quizás el más emblemático de la zona. Se tienen referencias de él desde el siglo X, y mil años más tarde se reformó a fondo, haciendo de esta fortaleza un lugar ideal para descubrir cómo eran aquellas magnas construcciones. Veremos las diferentes estancias, las torres defensivas, las murallas escalonadas, y la iglesia de Santa María, de factura románica. El castillo domina el punto donde el desfiladero del río Anoia se abre en la cuenca de Òdena, unas bellas panorámicas que hacen que la caminata para llegar a la cima, media hora desde el centro de La Pobla de Claramunt, quede totalmente recompensada.