Sant Pol de Mar
Ya no tenemos el estrellado restaurante de Carme Ruscalleda, pero motivos para visitar Sant Pol de Mar nunca faltan. Podéis llegar cómodamente en tren - como a todas las poblaciones costeras del Maresme -, y sólo bajar del vagón os cautivará la presencia del mar y el escalonamiento y la blancura de las casas. Dejáos llevar por sus calles, buscad las fachadas modernistas, id tranquilamente hasta la parte alta, donde os espera la ermita de Sant Pau con unas fantásticas panorámicas del Mediterráneo. ¡Ah!, y averigüad de dónde viene la expresión "Sant Pol, qué hora es?", que, dicen, todavía hace enfadar a algunos autóctonos. Haced todo esto y mucho más, pero reservad un rato para conocer la empresa Melmelades Calada, dedicada a elaborar mermeladas con productos 100% naturales y de proximidad. Con reserva previa, podéis hacer un taller para aprender a producir mermeladas. ¡Una experiencia para chuparse los dedos!
Si queréis comer en Sant Pol de Mar, consultad en este enlace la oferta gastronómica de la población.