Día 1: Desayuno y cencerros
El Montseny es conocido sobre todo por su naturaleza, montañas y paisajes, sí, pero también por la gran cantidad de restaurantes y buenos lugares donde comer algo que hay, ya sea a pie de carretera o en los núcleos de población. Así que no podemos empezar de otra manera nuestra salida que con un buen desayuno para coger fuerzas. Hemos elegido la Fonda del Montseny, establecimiento que tiene sus orígenes en el siglo XIX, cuando aquí dormían arrieros y marchantes, y que en 1992 fue reconvertido en restaurante. En los fogones cuecen productos de primera calidad a partir del recetario tradicional catalán.
Con la barriga llena, ya podemos iniciar nuestros pasos por el pueblo de Montseny, en pleno Parque Natural. No puede faltar una visita a la iglesia de Sant Juliá de Montseny, de la que destaca el campanario de torre cuadrada del siglo XII un poco inclinado. Tampoco os podéis perder la exposición de cencerros que el matrimonio Jaume Traveria y Montserrat Garriga fueron coleccionando a lo largo de su vida, ¡hasta un millar! La muestra la encontraréis en el Casal de Cultura del pueblo.