No es ningún secreto que el modernismo es el estilo artístico que más visitantes atrae a la ciudad de Barcelona. Y los miembros de la UNESCO que deciden qué edificios deben ser catalogados como Patrimonio de la Humanidad parece ser que también son unos entusiastas de Gaudí, Domènech i Montaner y compañía: los nueve conjuntos monumentales de las comarcas de Barcelona - casi todos en la capital catalana - que gozan de la máxima distinción de la UNESCO son de época y estilo modernista. ¿Nos acompañáis a visitarlos?
Tres edificios entraron a la vez en la privilegiada lista. Era en el año 1984 y los elegidos fueron el Park Güell, el Palau Güell y la Casa Milà, los tres con sello de Antoni Gaudí. Su amigo Domènech i Montaner no se quería quedar atrás, aunque tuvo que esperar hasta 1997 para tener el reconocimiento de la UNESCO, y en este caso con dos obras: el Palau de la Música Catalana y la Hospital de Sant Pau. Hoy, el Palau sigue cumpliendo la función para la que fue creado, con conciertos prácticamente cada día y de estilos muy diversos, mientras que el Hospital, después de ocho décadas de actividad sanitaria, trasladó sus servicios y hoy es Sant Pau Recinte Modernista, donde se llevan a cabo conciertos, conferencias y otras actividades y también lo podréis descubrir a través de visitas guiadas.
Los cuatro conjuntos monumentales que quedan hasta llegar hasta los nueve que os hemos anunciado también llegaron de golpe. Fue en 2005, y los cuatro tesoros son de Gaudí: la Casa Vicens, la Casa Batlló, la Sagrada Familia y la Cripta Gaudí de la Colonia Güell. El último es el único que se encuentra fuera de la ciudad de Barcelona, en Santa Coloma de Cervelló, comarca del Baix Llobregat, y sin duda vale la pena desplazarse hasta la colonia impulsada por el gran mecenas de Gaudí, Eusebi Güell, para observar este espacio tan singular en el que cada columna es diferente y no existe la línea recta. El bancos que veréis también fueron diseñados por el genial arquitecto. De hecho, Gaudí estuvo trabajando intensamente en el proyecto de toda la iglesia, hubiera sido prácticamente, por su monumentalidad, como otra Sagrada Familia; pero el fallecimiento de Güell hizo que las obras se detuvieran y que aquella magnífica construcción que debía ser sólo exista en nuestra imaginación o en la realidad virtual.
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