1. Patrimonio en cada piedra
Este edificio que aparece en la imagen es ¡el ganador del programa 'Batalla monumental' de TV3!
Se trata de la Seu Vella de Lleida: un monumental templo románico y gótico rodeado por un extenso recinto amurallado. Una maravilla arquitectónica que es el resultado de diversas construcciones que se hicieron entre los siglos XIII y XV y que contiene uno de los claustros más grandes de la arquitectura gótica europea. Su ubicación es privilegiada: se levanta sobre la colina más elevada de Lleida. Además, ha presentado su candidatura para ser considerada Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Pero más allá de la capital también encontraréis arte e historia, como son el monasterio de Sant Ramon, que comprende tres grandes edificios: el convento del 1675, la iglesia del siglo XVIII y el nuevo convento del 1802. También podréis visitar el convento de las Avellanas, fundado en el siglo XII y ubicado en un entorno espectacular de bosques, jardines y viñedos. O el cisterciense cenobio femenino de Vallbona de les Monges, considerado el monasterio femenino más importante de la orden del Cister en Catalunya y abierto a todos los públicos para entrar y nutrirse de su espiritualidad, arte y cultura.
Y si dejamos atrás las piedras perfeccionadas hasta crear grandes edificios y entramos en aquellas que se mantienen intactas desde la prehistoria, encontramos el arte rupestre de la Roca de los Moros del Cogul: unos yacimientos muy destacables de arte rupestre levantino.
Y en la parte más alta de Lleida, un clásico que nunca dejará de sorprender: la iglesia de Sant Climent de Taüll y el conjunto de iglesias románicas de todo el Vall de Boí. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2000, son la máxima expresión del arte románico catalán y está constituido por Sant Climent y Santa Maria de Taüll, Sant Joan de Boí, Santa Eulàlia d'Erill la Vall, Sant Feliu de Barruera, la Nativitat y Sant Quirc de Durro, Santa Maria de Cardet y la Assumpció de Cóll. Aunque hoy en día buena parte de las pinturas, tallas y mobiliario se conserva en diferentes museos catalanes, especialmente en el MNAC de Barcelona, muchas de las iglesias siguen contando con fragmentos de pintura mural y esculturas románicas originales.