¿Y por qué no pasar un par de días en las tierras de Ponent? Dice la gente del territorio, y posiblemente con razón, que a menudo son los grandes olvidados. Nos tira más ir hacia la playa o hacia la montaña, y precisamente las comarcas de Ponent no son ni una cosa ni la otra sino todo lo contrario. Pero esto también tiene su atractivo, ¡por supuesto! Encontraréis pueblos encantadores, llenos de historia, castillos y fortificaciones como no hay ningún otro lugar del país, grandes llanuras silenciosas y un montón de cosas que hacer. Para que sea viable esta escapada, y que pueda aprovechar bien el tiempo, y no pasar más tiempo en la carretera que en las visitas y actividades, centraremos nuestra propuesta en tres comarcas de vecinas entre ellas: la Segarra, el Urgell y las Garrigues.
El sol en verano en esta región a primera hora de la tarde suele apretar de lo lindo. Y el termómetro llega bien arriba. O sea que más vale que comencemos buscando alguna actividad que sea dentro de algún espacio (y si pueden tener aire acondicionado, ¡mejor que mejor!). Nos hemos desplazado a Cervera, capital de la Segarra, y haremos una visita al
Museo Comarcal. El centro se divide en varias partes, pero nos atrae especialmente la visita al primer piso, que es la Casa Museo Duran Sanpere. Un ejemplo prácticamente intacto de una vivienda de la burguesía catalana de interior del siglo XIX, con los muebles originales que usaron los que vivían en este edificio. Entre sus 600 m2 y un montón de estancias, se conserva incluso una capilla de estilo neogótico francés.
Terminada la visita nos dirigimos unos 20 kilómetros al norte de la capital, al pueblo de Ivorra. Hemos concertado hora para poder entrar en el
Santuario del Sant Dubte, del que en 2010 se celebró el milenario. Hay que ver la imagen románica de Santa María de Ivorra y el retablo donde se encuentra, del siglo XV, así como el relicario gótico del Sant Dubte, una buena obra de orfebrería. Tampoco deja indiferente la escultura contemporánea de Cristo, de más de 2 metros y medio de altura.
Si os queda tiempo y os sobran fuerzas, justo al lado de Ivorra tenéis
Vicfred, un pueblo un poco elevado desde el que se tienen unas buenas vistas y con un castillo que nació como construcción defensiva pero que hoy tiene más aspecto señorial . Si lo quiere visitar, hay que reservar previamente.
En Guissona hay uno de los
complejos cárnicos más grandes e importantes del sur de Europa. Como se hacen visitas y además son gratis, decidimos ir a conocerlo. Hemos tenido que reservar previamente, y pese a las dimensiones del recinto no nos cansamos mucho porque el trayecto se hace con un tren eléctrico. Nos explican cómo se elaboran las longanizas y los fuets y vemos como se secan los jamones.
Después de pasar cerca de dos horas en esta visita, tenemos ganas de estirar las piernas, de pisar naturaleza. La gente del
Centro Excursionista de la Segarra os puede informar de itinerarios por la comarca, según el rato y la dificultad a la que os queráis enfrontar. El mismo Centro organiza muchas salidas a lo largo del año, así que quizás ya os va bien alguna que ofrecen los días de vuestra escapada y os apuntéis. Si preferís ir solos, también hay varias excursiones señalizadas. Os recomendamos por ejemplo una por el
Valle del Llobregós, que lleva por nombre Molino de Cava. Para encontrar el inicio del itinerario debéis tomar la carretera que va de Guissona a Biosca. Se trata de una ruta circular, nada complicada, y que nos lleva a conocer el río Llobregós, varias masías, cabañas, los restos de un molino de agua, y también un chopo gigante.
Cambiamos de comarca y vamos hacia el sur del Urgell. Queremos visitar el
monasterio cisterciense de Vallbona de les Monges, que en agosto ofrece un horario más generoso de apertura al público que el resto del año. De los tres monasterios de la bautizada como Ruta del Císter (los otros dos son Poblet y Santes Creus), este es seguro el menos conocido, y es por eso que, ya que estamos en la zona, os invitamos a visitarlo si nunca lo habéis hecho, ya que vale la pena. Fundado en el siglo XII, reside una comunidad de monjas que siguen la Regla de San Benito, elaboran cerámica y cultivan el huerto. Arquitectónicamente, el conjunto tiene muchos elementos a destacar, pero nos quedamos con el cimborrio-campanario en forma de linterna octogonal, de gran belleza. Entre sus tesoros en el interior, fijaos en el sarcófago en que fue enterrada la reina Violante de Hungría, esposa de Jaime I el Conquistador.
Dedicaremos lo que nos queda de tarde a dar una vuelta por las calles de
Guimerà, no muy lejos de Vallbona, un conjunto histórico-artístico de gran valor. El pueblo está coronado por los restos del castillo y la iglesia de Santa María, pero quizá lo que más atrae al visitante es la estructura plenamente medieval que aún conserva, el hacinamiento de las casas, los arcos en las calles... A mediados de agosto se celebra el Mercado Medieval.
Las primeras horas del último día las empezaremos a toda velocidad. En Juneda, comarca de las Garrigues, está
Zona Karting, con un circuito de 1.000 metros de asfalto. Podréis probar estos vehículos o hacer carreras entre vosotros. Dispone también de un circuito de tierra para la práctica de Supermotard.
Y ahora cambiamos totalmente de tercio, pero no de municipio. Ya que estamos en Juneda, hemos pedido hora de visita a su
museo. Se cuenta la historia de la población, pero la parte que encontramos más atractiva es la que lleva por título Colores de tierra, una exposición muy bien trabajada sobre los resultados de las excavaciones arqueológicas que se llevaron a cabo en la aldea de Minferri, cerca de Juneda, habitada hace 4.000 años por agricultores y ganaderos. Gracias al trabajo de los arqueólogos conocemos hoy como vivían estos nuestros antepasados, y también sus ritos funerarios.
Por la tarde seguimos con la historia, si bien bastante más reciente, y no dentro de un museo, sino que nos vamos hasta el castillo de la Espluga Calba. Ya hemos avisado de que estas son tierras de castillos, hay muchos para visitar, y seguramente este que os proponemos no es el que se conserva mejor, pero tiene su encanto y sobre todo su historia. Fue levantado entre los siglos XI y XII, y destaca la capilla, la escalera de acceso al primer piso, y la sala de la Orden de Malta. Esta Orden, fundada en 1084, todavía se reúne hoy y fijó la Espluga Calba como nueva capital del antiguo Priorato de Cataluña. Las estancias giran alrededor del patio de armas, en medio del cual se conserva una pila de piedra en el que se almacenaba el aceite.
¡Y es que estamos en las Garrigues! Comarca por excelencia de producción del oro líquido. Por este motivo os queremos llevar para cerrar la escapada al Albi, una de las cooperativas que producen aceite. Nos encontramos en una de las "catedrales" diseñadas por Cèsar Martinell, levantada en 1919, el mismo año que nació la cooperativa Agrícola del Albi, que elabora aceite de oliva virgen extra, y que seguro os dejarán probar al inicio o al final de la visita al edificio modernista.
En tren: Hemos empezado nuestros pasos en Cervera. En este municipio hay estación de Renfe. (902 240 202 /
www.renfe.es).
En autobús: Alsina-Graells tiene servicios regulares con Barcelona, Lleida y otras capitales de comarca (902422242 /
www.alsa.es). El Eixbus une Cervera y Girona (972 20 48 68 / www.teisa-bus.com).
En coche: La autovía Barcelona - Lleida y la C-25 Lleida - Girona se encuentran en Cervera.