"Com el Vallès no hi ha res". Lo cierto es que el Vallés, tanto el Occidental como el Oriental, ha cambiado mucho desde que el poeta Joan Oliver (Pere Quart) escribió este verso, la industrialización y la inmigración hicieron crecer extraordinariamente sus ciudades y las vías de comunicación se multiplicaron. Pero la llanura vallesana, y muy especialmente las múltiples sierras que la rodean (Parque Natural de Sant Llorenç del Munt y Serra de l'Obac, Collserola, el Montseny, Montnegre ...), mantienen lugares intactos y entrañables, espacios que vale la pena visitar, y una amplísima oferta de ocio. Como veréis, ¡os proponemos una escapada especialmente activa!
La primera de estas actividades tiene que ver con el mundo del caballo y con la sierra que separa el Barcelonés del Vallés Occidental, Collserola. Una de las ciudades que vive más de cara a esta zona montañosa es Sant Cugat, y hacia allí vamos. Varias empresas organizan desde aquí excursiones a caballo entre los árboles de la sierra. Es preferible reservar, y así lo hacemos con la
Hípica Sant Cugat - La Pelleria, que lleva ya tres décadas de experiencia. Esperamos que nos elijan uno muy manso, y comenzamos la ruta para descubrir algunos de los lugares de Collserola. Hemos pedido un circuito de una hora de duración, porque no tenemos demasiada experiencia equina y además queremos hacer otras cosas esta tarde, pero se pueden escoger itinerarios más largos.
Una vez hemos devuelto los caballos en la hípica, nos desplazamos a Cerdanyola del Vallès. Su
Museo de Arte se inauguró hace pocos años, después de una intensa reforma del edificio modernista de Can Domènec. Y precisamente en torno al Modernismo radican gran parte de las piezas que se pueden admirar, y más en concreto de artistas que de una manera u otra estuvieron vinculados con la población y la comarca. Brillan especialmente los vitrales titulados Damas de Cerdanyola, de autoría no muy clara y que los entendidos en la materia consideran el punto culminante del vitral modernista catalán. El centro está pensado no sólo como museo expositivo, sino también como espacio de investigación y difusión, y se llevan a cabo muchas actividades culturales a lo largo del año.
Está considerado el parque de estas características más grande del Estado. Seis hectáreas ocupa
Natupark, con 118 juegos y 8 circuitos entre los árboles de pino blanco y pino piñonero en el recinto llamado Bosc Tancat (Bosque Cerrado), en Cerdanyola del Vallés. Pues ya que estamos, ¡nos dejamos caer! Bueno, mejor no nos caigamos, porque algunas actividades tienen lugar a 14 metros de altura... Pero no hay que preocuparse, ya que la seguridad es total, y para los más pequeños hay puentes colgantes y cuerdas que apenas se encuentran a un metro y medio del suelo. Tirolinas, lianas, troncos oscilantes o troncos en red son sólo algunas de las pruebas que deberá superar.
Y sea cual sea la dificultad escogida, seguro que al bajar de los árboles tendremos ganas de darnos un buen chapuzón en las piscinas que hay al lado mismo de Natupark.
Bosc Tancat tiene cuatro piscinas, de diferentes formas y profundidades, con espacio de sobra para tomar el sol, o si lo preferimos la sombra bajo los pinos.
Si por la mañana hemos tenido aventura de altura, ¡no veas como empezamos la tarde! Y es que nos vamos en dirección al pueblo de Ullastrell, cerca de Terrassa, donde hay un helipuerto desde el que podremos despegar en helicóptero hacia allí donde hayamos elegido. La empresa que monta estos vuelos turísticos es
Barcelona Helicòpters, y, si bien tiene una serie de propuestas preestablecidas (como ir hacia Montserrat o hacia Barcelona), existe la opción de hacernos un viaje a medida. Evidentemente, cuanto más largo sea el desplazamiento más lo notará nuestro bolsillo, y ya avisamos que los vuelos en helicóptero no serían precisamente la opción de ocio más económica... Pero si te lo puedes permitir (o quizá te lo regalan), viviréis una enorme experiencia.
Para terminar la jornada, nos dirigimos hacia Terrassa, cocapital del Vallés Occidental. Vamos porque no queremos perder el conjunto de la
Seu d'Ègara, una auténtica joya. Después de años de trabajos, las tres iglesias presentan un maravilloso aspecto y ofrecen al público una lección de historia arquitectónica, ya que hay elementos del románico, mayoritariamente, pero también de la época visigoda (de los pocos de nuestro país), del Renacimiento, del Barroco, e incluso de las postrimerías del Imperio Romano en Cataluña, sin olvidar los dos retablos góticos. No es extraño que haya quien esté empezando a mover para que el conjunto monumental sea declarado Patrimonio de la Humanidad. Se puede solicitar visita guiada para no perderse detalle.
Trasladados a la vecina comarca del Vallés Oriental, pasaremos toda la mañana cerca de Sant Feliu de Codines. Primero, el mágico entorno de
Sant Miquel del Fai. Bordeando los riscos de Bertí, iremos hacia las diversas cuevas y veremos los espectaculares saltos de agua, que seguro bajarán generosos este agosto con las nieves tardías que tuvimos y las lluvias de primavera y principios de verano. El monasterio sorprende con su capilla construida en la misma cueva de la montaña, y también merece mucho la pena la panorámica abierta que se va teniendo delante, durante el -no muy largo pero lleno de atractivos- trayecto.
Vamos a continuación hacia el
Cim d'Àguiles. Esta visita la hacemos en segundo lugar porque el espacio no abre hasta las 12 del mediodía, y las sesiones de observación de vuelo, que no nos podemos perder, empiezan a las 13 h. Antes, nos harán una visita guiada a los aviarios, donde veremos de cerca buitres, halcones, águilas, lechuzas, búhos, búhos.., y nos explicarán sus características y particularidades. Como decíamos, sin embargo, es la sesión de vuelo la que más gusta a los asistentes. Sentados en un anfiteatro, observamos el elegante y majestuoso vuelo de las diversas rapaces, que siempre acaban volviendo a casa.
Nos gusta, cuando existe esa posibilidad, visitar casas en las que han nacido, vivido, o muerte, personajes ilustres. No muy lejos de donde nos encontrábamos mañana tenemos una muy buena casa-museo, la de
Enric Prat de la Riba. Se encuentra en Castellterçol, y, más allá de que conozcamos más o menos la biografía del personaje, es muy recomendable entrar por el mobiliario antiguo que se conserva y el ambiente en que se encuentra. Prat de la Riba, político y primer presidente de la Mancomunidad de Cataluña, nació y murió entre estas paredes.
Y bien, después de haber montado a caballo, haber cruzado bosques saltando de árbol en árbol, caminado por museos e iglesias, e incluso haber subido a un helicóptero, quizás ha llegado la hora de relajarse plenamente. Ya que tenemos cerca
Caldes de Montbui y La Garriga, elegiremos alguno de los packs que ofrecen sus establecimientos termales para pasar lo que nos queda de tarde entre aguas y salir como nuevos, a punto regresar.
En tren: Sant Cugat cuenta con varias estaciones de los Ferrocarriles de la Generalidad, con alta frecuencia desde Barcelona (93 205 15 15 / www.fgc.net).
En autobús: La línea A4 une la capital catalana con Sant Cugat (www.sarfa.com).
En coche: La autopista AP-7, la C58, la C16 y la carretera de la Rabassada nos llevan a la ciudad del inicio de nuestro itinerario.