¡Coge el bus! Tres grandes ventajas de moverse por Barcelona sobre ruedas

Hay muchas opciones para desplazarse por la ciudad y su área metropolitana, pero hay una, el autobús, que es cómoda, limpia, rápida, luminosa y que permite trazar muchas rutas sorprendentes
Parada de bus d'Esplugues de Llobregat
Pere VirgiliRenovació i millora de l'accessibilitat de les parades de bus d'Esplugues de Llobregat.
Time Out en colaboración con AMB
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El autobús ha sido siempre una de las opciones preferidas de los barceloneses para desplazarse por la ciudad, ya fuera para ir al trabajo, realizar un trayecto hacia el centro –o para volver a casa–, moverse de noche cuando las otras alternativas son más limitadas o, en definitiva, ir a cualquier sitio que fuera de nuestro interés por diferentes razones. Según datos de la AMB, antes de la pandemia en todas las líneas de autobús del área metropolitana se validaban más de un millón de billetes al día. Sin embargo, esta preferencia se vio afectada durante los primeros cierres de la actividad y, como también ocurrió con el metro y el tranvía, durante un tiempo la gente se desplazó menos –por recomendación de no salir de casa, por miedo, por prudencia–, y no ha sido hasta este otoño cuando se han empezado a recuperar los niveles de afluencia de 2019. Todavía no están igualados –las validaciones actuales están en torno al 73% del máximo de hace dos años–, pero poco a poco se volverá en su punto de origen.

Esto es porque el bus tiene aspectos que lo hacen más atractivo que otros transportes públicos, e incluso se ha detectado un grupo de usuarios que lo prefieren de forma muy clara, porque conecta puntos alejados por donde no pasan líneas de metro, porque lo ven como un transporte cómodo, seguro, poco contaminante –buena parte de la flota es ya eléctrica o híbrida– y, sobre todo, porque entra la luz solar y permite mirar por la ventana y observar la vida en el exterior. Ahora, la AMB ha iniciado una campaña llamada ‘Cuando tú vuelves, todo vuelve’, y que anima a los barceloneses a recuperar e intensificar el hábito de subir al bus. Porque cuando se va en bus, todo son ventajas. ¡Os detallamos tres!

1. Una forma cómoda de abarcar Barcelona y aprovechar el tiempo

Dentro del bus podéis hacer muchas cosas: leer, mirar el móvil, pensar... Esto es lo que hace la mayoría de usuarios. Pero también podéis, como hacen los viajeros más curiosos, mirar por la ventana y observar la ciudad. Evidentemente, el bus no es un servicio turístico ni un canal cultural, y cuando paséis por un lugar de interés el conductor no se detendrá para que veáis con más detalle una ornamentación, una calle o un monumento –en todo caso, deberéis bajar–, pero a la vez que os desplazáis, es una buena forma de construiros un mapa mental de Barcelona. El bus nos permite ver, tener una conciencia más completa de nuestra ciudad, y además hay tanta variedad de líneas que muchas llegan a puntos interesantes a los que el metro no llega. Son ventajas que carecen de los conductores de vehículos propios. Y, además, el bus te quita de encima el estrés que provoca el tráfico denso.

2. Una forma limpia de descubrir la Barcelona remota

Imaginad que deseáis ir a la montaña de Montjuïc y visitar algunos de sus lugares de interés, como el cementerio –que es una de las muestras de arte modernista menos conocidas y más satisfactorias de la ciudad–, el castillo o el mirador de Miramar. La manera más directa de llegar a estos lugares es en bus, utilizando por ejemplo la línea 21, que comienza en Drassanes y llega hasta el pie de la montaña, o la 150, que arranca en Plaça Espanya y hace toda la ruta elevada, pasando por el anillo olímpico. No hay un solo sitio de Barcelona que no esté conectado por una línea de bus, y los más remotos incluso tienen una parada que os dejará a las puertas, como el Monasterio de Pedralbes (V5), las faldas de Collserola (124 en combinación con las H2 y H4), o las playas de la Barceloneta (V15 y V19). Otra ventaja del servicio de bus es que cubre toda el área metropolitana de Barcelona, ​​y desde puntos céntricos de la metrópoli podremos llegar directamente a lugares como el hospital de Bellvitge, en Hospitalet, el centro de Sant Boi, el Pabellón Olímpico de Badalona o el aeropuerto de El Prat. Para encontrar lugares de interés y hacer la ruta más rápida y cómoda, incluso podéis utilizar esta web de búsqueda de la AMB.

3. El bus no cierra nunca

Sea día laborable o festivo, el autobús nunca se detiene. Evidentemente, el servicio nocturno está limitado sólo a las líneas del Nit Bus, ya que la mayoría de líneas regulares tienen su última salida sobre las 22:30 de la noche. Pero aún así, el bus os permite mantener la costumbre de volver a casa después del trabajo o de cenar con los amigos con horarios muy razonables –y de noche es muy cómodo y agradable circular por Barcelona, ​​con el encanto de la luz artificial–. Ahora que se ha vuelto a abrir el ocio nocturno, el Nit Bus es también un método ideal para moverse de madrugada. En definitiva, hay pocas cosas en la vida que nunca os abandonarán, y una en particular nunca falla, que es el bus.

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