El celíaco que pensaba que no mojaría el churro nunca jamás debe saber de la existencia de la Churrería Can Vernet, un establecimiento que produce churros con y sin gluten. Albert Vernet es un churrero con veinte años de experiencia –alérgico a los frutos secos y al aceite de oliva– que decidió no privar a los intolerantes al gluten del placer máximo de mojar el churro en chocolate una mañana de fin de semana.
Utiliza harinas especiales, y para evitar la contaminación cruzada ha duplicado todo el equipo (y los churros sin gluten se distinguen porque tienen forma de lazo). Ahora bien, los intolerantes a la lactosa también tendrán el placer de encontrar chocolate caliente con leche de avena. Hacen todo el repertorio: churros con y sin chocolate –incluyendo ese placer extremo que son los churros de chocolate que parecen porras de la BRIMO– y todos los aperitivos fritos (cortezas, patatas paja, chicharrones...) que nos llenan de alegría.