En tonos naturales, antiguo, vanguardista o romántico. Las posibilidades de los vestidos de novia son casi infinitas: las propuestas más singulares y los diseños hechos a medida los encontraréis en estas tiendas y talleres de diseñadores.
Bohemios, románticos, 'vintage', cinematográficos, ligeros y transgresores. Así se autodefinen las creaciones nupciales de Teresa Helbig, uno de los nombres de referencia de la moda catalana. La apuesta por los tejidos, la artesanía y los pequeños detalles que hacen el vestido único y eterno definen el estilo Helbig.
Novias indie, que buscan un vestido diferente, artesanal, hecho en Barcelona: vuestro sitio es Otaduy. Todo empezó con un diseño para una amiga rockera, y con la primera colección hecha en el taller de casa, y ahora la firma tiene tienda propia en Gràcia, con espacio también para los vestidos de fiesta. Otaduy recurre al guipur para las bodas románticas, campestres, y a tejidos más ligeros y espaldas con escotes para la ciudad. Pero Otaduy es sobre todo, 'true live': creaciones para volver a los orígenes y celebrar la fiesta del amor sin artificio ni disfraz.
Hay piezas de ropa que resisten el paso del tiempo, que están cargadas de historia. Son las protagonistas de L'arca, la tienda del barrio gótico donde conviven, como tesoros, ropa de novia y ajuares, sábanas, mantelerías y otras antiguidades téxtiles, des del siglo XVIII hasta el XX.
Érase una vez... es la tienda-taller de Ruth Aurora Maria, una diseñadora que apuesta por el tul, la organza, las puntillas antiguas y los detalles artesanales a la hora de construir vestidos que por factura y estilo transportan al pasado. Las suyas son novias con un aire retro, novias románticas que se envuelven con telas bonitas y de calidad.
El universo Ailanto, la firma creada por los hermanos Iñaki y Aitor Muñoz, se reconoce y es admirada por sus estampados, las telas preciosistas y los patrones inspirados en formas geométricas y artísticas. Una visita a su exclusiva tienda te provoca el deseo de hacerte con piezas cercanas a la alta costura que resisten el paso del tiempo.
Barea es un proyecto de moda femenina iniciado hace unos años por las hermanas María y Ana Gomez-Papi, al que se ha sumado Alicia Arteaga. Practican el kilómetro cero aplicado a la moda: el diseño se hace en el altillo de la tienda que estrenaron hace seis meses en Sant Gervasi, un local minimalista vestido de madera. Los tejidos –sobre todo algodón, lana y viscosa de calidad– los compran a proveedores catalanes. La producción la llevan a talleres del área metropolitana de Barcelona. Y la venta se canaliza mayoritariamente a través de la tienda de la calle de Laforja. Barea apuesta por una elegancia de cada día y defiende el concepto de fondo de armario. Piezas que te pones una temporada, retiras durante un tiempo, y cuando las recuperas no se ven pasadas de moda.
En el taller del diseñador Jordi Anguera conviven los vestidos de novia y de fiesta hechos a medida al gusto de cada novia con una cuidada selección de accesorios de primeras marcas, agrupadas bajo el hombre de El Tocador de la novia; porque los zapatos, el conjunto de lencería, el velo y las joyas perfectas para decir el sí, existen.
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