Y no sabes muy bien por qué, un día empiezas a ver el mundo con tus ojos y no con los de tus padres. A Gian Padilla eso le pasó cuando tenía 18 años. Su regalo de graduación fue vivir un año en París, lejos de Honduras. Y aunque en Tegucigalpa se había criado en un ambiente artístico -su padre es el reconocido pintor Luis H. Padilla-, en la capital francesa descubrió que también existía la moda ... en mayúsculas. De vuelta a Honduras, tuvo la oportunidad de participar en varias pasarelas latinas con su propia marca: G.I.A.N.
Unos años de aprendizaje al otro lado del océano que, vueltas del destino, han acabado floreciendo en el Poble-sec. Abrió NouRoom, un local polivalente abierto a creadores emergentes donde el arte y la moda se fusionan a través de exposicións, pop-ups y otros eventos que organiza. En este proyecto el arquitecto Josep Ballestero ha tenido un papel vital con un espacio que es un estilo de vida y un lugar donde se crean sinergias.