Nunca miramos sólo una cosa. Siempre miramos la relación entre las cosas y nosotros mismos. Estas palabras que John Berger dejó escritas en el ensayo 'Modos de ver' resuenan en el nuevo proyecto de la fotógrafa Maria Dias. Acostumbrada a disparar para cazar los instantes decisivos, ahora aparca la cámara y centra su mirada en aquellos objetos que pueden perpetuar un instante de felicidad diaria. ¿Un vaso de cristal? ¿Un plato de porcelana? ¿Una ilustración? ¿Una mesita de madera? ¿Un libro de arte?
La magia de este espacio va mucho más allá de las cosas bellas y útiles que ofrece
En Mignon, Maria guarda el píxel y se abraza a la fisicidad de un elegante juego de café art-déco, de una antigua bolsa de mimbre, de un mantel florido que algún día fueron unas cortinas o de una lámpara que ha perdido la cuenta de los segundos que ha iluminado vidas ajenas. La magia de este pequeño espacio de Sant Antoni va mucho más allá de lo bello y útil que ofrece, va del poder de mirar y de reconocerse en todo lo que nos rodea. Sobre todo, en su gesto más sencillo, más cotidiano, más íntimo. Y, precisamente, son esos gestos los que llenan un colmado de objetos hallados tan afrancesado y musical como quien le da vida.