Àngel Batlle mantiene casi intacto su bastión en la calle de la Palla, una librería de antiguo que abrió su abuelo en 1934 –el Àngel Batlle que da nombre al establecimiento–, pasó a su padre y ahora la lleva él sine die. No piensa nunca en retirarse: es aquí donde es feliz. Contra todo pronóstico, Internet se ha convertido en su aliado, ya que además de aportarle la mitad de las ventas –tiene 10.000 títulos online– le ha puesto en contacto con viejos y nuevos clientes. Pero los chips nunca podrán competir con la magia de entrar en su tienda y quedarte un libro después de tenerlo en las manos.
Time Out dice
Detalles
Discover Time Out original video