Desde la calle se ven unas máquinas. Allí cosen Rosario y Isabel. Es el taller de Cus, la marca de ropa de Adriana Zalacain que ha tomado cuerpo en un espacio que también es estudio y showroom. Y todo a pie de calle. Bien a la vista. "Es un ejercicio de transparencia radical, una profundización en la idea genuina que tengo de la sostenibilidad". Una palabra últimamente tan masticada que ya necesita otro prisma.
Toda la ropa se diseña, se corta, se cose y se plancha aquí
“Toda nuestra ropa se diseña, se corta, se cose y se plancha aquí. Ya hace ocho años que sólo usamos algodón eco, cáñamo, lino y tejidos reciclados, pero había que dar un paso más”, sostiene Adriana, que ha renunciado a puntos de venta por Europa para controlar toda la cadena de producción y enfocarse en la venta online. “Creemos en la digitalización, pero tampoco queremos que se mueran las calles. Por eso cada miércoles abrimos nuestro espacio. Las clientas pueden venir a probarse nuestros básicos y también los 'Drops', piezas inéditas que sólo confeccionamos por encargo”. ¿Hay algo más radicalmente transparente que la ropa cocinada a fuego lento?