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Teatre Nacional de Catalunya

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TNC
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Time Out dice

El Teatre Nacional de Catalunya, conocido como TNC, promueve la cultura catalana i internacional a través de producciones inovadoras

El templo griego de la cultura catalana, que se encuentra en la Plaça de Glòries y es obra del arquitecto Ricardo Bofill, sigue un estilo neoclásico y tiene un lobby con tres espacios para poner en escena todo tipo de espectáculos. Este teatro se creó con el objetivo de llevar a Barcelona una oferta teatral catalana e internacional y desde su inauguración oficial, el 11 de septiembre de 1997 con 'El auca del señor Esteve', ha programado espectáculos de teatro, y otras disciplinas como la danza, la ópera, el circo o las títeres. ¡Es interesante de visitar tanto por su exterior majestuoso e imponente como por la oferta cultural en su interior!

Escrito por
Jana Serra

Detalles

Dirección
Pl. de les Arts, 1
Barcelona
08013
Transporte
Glòries (M: L1), Monumental (M: L2)
Horas de apertura
Varias sesiones y horarios

Qué ocurre

Els criminals

  • 3 de 5 estrellas

Ferdinand Bruckner, a finales de los años 20 del siglo XX, ya sabía lo que le venía encima: el desencanto, la barbarie nazi. Primero escribió 'El mal de la juventud' y, poco después, 'Los criminales', una pieza muy moderna para su tiempo y que hoy nos llega con unas posibilidades técnicas que él ya debió imaginar. El primer acto, cuando nos mete en una escalera de vecinos, como Georges Perec en 'La vida, instrucciones de uso', es excepcional. Y cuando despliega todas las fechorías que se cometen, de piso en piso, de hogar en hogar, nos hipnotiza. Levantar 'Els criminals' requiere un prodigio, un gran teatro. Y el montaje que ha ideado Jordi Prat i Coll en el TNC es estéticamente imbatible, con, de entrada, el perfil de un edificio con diferentes viviendas donde los intérpretes desarrollan todas las microtramas de este rompecabezas. Necesita, sin embargo, cierta proximidad, cierta amplificación, un zoom cinematográfico, para que el espectador no se pierda. Algo que la función no tiene. Ver a Joan Carreras en mallot de presidiario al estilo hermanos Dalton no tiene precio El director añade, además, un tono de vodevil, de cabaret berlinés de primer tercio de siglo XX que se va haciendo más presente en cuanto la acción avanza. En el segundo acto, cuando todo el mundo pasa por los tribunales, levanta la cabeza. Y en el tercero, cuando los vecinos vuelven a casa y deben rendir cuentas, toma todo el protagonismo. Ver a Joan Carreras en mallot de presidiario estilo hermanos Dalton no

Baby no more

  • 4 de 5 estrellas

Los VV.AA. marchan dejando el pabellón bien alto, después de diez años en los que han demostrado que es viable hacer un teatro estético de texto aquí, de aires centroeuropeos. 'Baby no more' es una obra expansiva, que habla de ellos, de esta década, pero que también va sobre la juventud que se va y de las dificultades que ha tenido que atravesar una generación que acaba de superar la treintena y que no ha gozado de un panorama artístico muy lucido. Todo comienza con una especie de trailer entrando en la sala Tallers del TNC, despejada de gradas y con el público esparcido por el espacio. En el camión hay una conversación. Una vez aparca, comienza el show. Clara Aguilar, Max Grosse Majench, Elena Martín y Laura Weissmahr pronto salen a escena. Marc Salicrú conduce el vehículo. Son ellos, los VV.AA., junto a Anna Serrano que se ha quedado esta vez atrás, entre bastidores, para dirigir la pieza desde fuera. Les acompañan dos intérpretes que han colaborado en otras ocasiones con el colectivo, Marc Cartanyà y Sandra Pujol. A su alrededor, el público, pieza clave del show. Una pieza redonda, inmersiva, donde todo el mundo se lo pasa pipa Y todos jugarán a travestirse, hablarán del paso del tiempo, de cómo eran y cómo son, de los proyectos fallidos. Irán atrás, a sus inicios, cuando se querían comer el mundo (“¡giraremos por Europa!”, pensaban). Incluso a los inicios de los inicios, cuando se redactó la Constitución española, en una escena memorable, solo superada por la de Martín y

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