Autor: David Desola. Dirección: Israel Solà. Con: Lluís Marco y Pau Vinyals.
En cinco días un veterano encargado de almacén tiene que traspasar todo su conocimiento profesional al joven que ocupará su puesto tras jubilarse. Un almacén de mástiles de aluminio sin actividad. Una mesa, una silla, un reloj y una máquina de fichar. Lo primero que aprenderá el aprendiz-exprés es a esperar hasta el infinito.
David Desola podría haber escrito una buena comedia de tono kafkiano sobre la alienación del trabajo, sobre el insignificante papel del trabajador en la estructura de una gran empresa. Podría si su texto no estuviera tan contaminado por el virus de lo 'entrañable'. Como una película de Capra, tan interesante en su exposición como cargada de glucosa en su desenlace. Israel Solà –director de cabecera de La Calórica– hace un trabajo correcto, para una función correcta, para una pareja de actores (Lluís Marco y Pau Vinyals) que ofrecen interpretaciones sólidamente correctas.