Hace más de diez años Àlex Rigola imaginó un prólogo sin palabras para el 'Hamlet' de Shakespeare: 'European House'. Ahora Projecte Ingenu, dirigido por Marc Chornet, ha creado un epílogo -también sin palabras- para 'La tempestad'. El proyecto se llama 'Vaig ser Pròsper o recordant la tempesta'. Título menos críptico para un espectáculo marcado por la evocación de un tiempo añorado, cada vez más cruel en su lejanía y ausencias.
Aunque reconocen la influencia de Goebbels, Marthaler, Lauwers y Santos en un montaje todo movimiento (coreografía) y música (canto), el espectador acaba envuelto en la atmósfera de una onírica soledad habitada por un anciano (Víctor Rodrigo) y sus espectros. Y aquí se insinúa ese perturbador creador de réplicas de recuerdos que es Solaris de Stanislaw Lem. Fenómenos que no nacen aquí de un planeta consciente sino -y es una fabulación- de los restos de la magia de Próspero. Suficiente para traer a Miranda y a un Ariel multiplicado en varios cuerpos. Aunque quién sabe, quizá el espíritu del aire ha vuelto a aceptar sus cadenas para someter a su amo a la pena de la nostalgia.
Dirección y adaptación: Marc Chornet Artells. Con: Toni Guillemat, Cristina López, Neus Pàmies, Víctor Josep Rodrigo, Martí Salvat, Rosa Serra, Xavier Torra.