Hay obras que tienen un héroe escondido, alguien que sólo sale a saludar el día del estreno y que, si la pieza funciona, es en gran parte su mérito. Puede ser el diseñador de sonido, la escenógrafa... Sí, es necesario que los intérpretes que están sobre el escenario sobresalgan, que hayan tenido un buen guía en el director, pero la base viene de fuera, de alguien que no estará cada función. Y en el caso de 'Un matrimoni de Boston' luce por todos los lados el trabajo que ha llevado a cabo Joan Sellent traduciendo un texto muy travieso de David Mamet.
De entrada, porque debe hacer que en catalán suenen perfectamente bien los tres registros de las tres mujeres que tiene en el teatro: Anne (Emma Vilarasau), una mujer madura con aires de refinamiento burgués; Claire (Marta Marco), que podría representar a la clase media; y Catherine (Emma Arquillué), la criada inmigrante que sufre algunos problemas con el idioma. Buena parte de los gags son lingüísticos y la mecánica de la obra depende de que nos traguemos el punto de partida inicial. Las actrices se ajustan al papel y todo fluye de forma maravillosa.
Tiene a su servicio tres actrices de gestos convincentes y miradas poderosas
Todo empieza con Claire acudiendo a su amancebada, después de semanas de no verla, con la necesidad de que le eche una mano: ha conocido a una chica más joven y necesita un lugar donde consumar la atracción. Anne, claro, no lo acaba de ver, ya que ama a Claire... Y Catherine las va interrumpiendo como un digno bufón shakespeariano.
El primer acto pasa a la velocidad de la luz y el reto del director, Josep Maria Mestres, es que la función no decaiga en el segundo episodio, más lento, para que en el tercero pueda elevarse aún más arriba que al principio. No sé si lo consigue por completo. Pero, por suerte, tiene a su servicio a tres actrices de gestos convincentes y miradas poderosas. Nos creemos la prisa vital de Claire y las inquietudes que mordisquean a Anne. Incluso los 'poblemas' de Catherine.
También las mujeres pueden ser despiadadas con sus inferiores sociales
Esta obra podría parecer un Mamet extraño, puesto que el estadounidense se ha dedicado, básicamente, al mundo de los hombres. Sin embargo, no lo es tanto. Encontramos la mala baba de un autor que disparaba siempre contra los de arriba y dotaba de dignidad a las víctimas más diversas del sistema. Aquí, con el añadido de que juega a ser Oscar Wilde.
Mestres dirigió 'Un marit ideal' y 'El ventall de lady Windermere' del irlandés. Y 'Un matrimoni de Boston' no está muy lejos, con la gracia de tener enfrente una obra escrita a finales del siglo XX, ambientada un siglo atrás, que parece publicada hoy mismo. Porque también las mujeres pueden ser despiadadas con sus inferiores sociales. Y porque el amor libre no entiende de género.
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