Tres motivos para no perderse ‘War Requiem’ en el Liceu

Esta obra maestra de la literatura musical llega a Barcelona con grandes voces en escena y una producción escenificada muy potente, tanto audiovisual como simbólicamente. ¡Os hacemos un resumen!
War Requiem
Foto: Richard Hubert SmithWar Requiem
Time Out en colaboración con Gran Teatre del Liceu
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El trauma de la guerra, la protesta contra la inhumanidad del mismo hombre y el anhelo de huir de un mundo cruel fueron las semillas que hicieron crecer ‘War Requiem’: una partitura de gran profundidad emocional y moral.
Es considerada uno de los referentes de la literatura musical universal y fue encargada a Benjamin Britten con motivo de la consagración de la nueva catedral de Coventry el año 1962, reconstruida después de su destrucción por los bombardeos de la II Guerra Mundial. Casi sesenta años más tarde, no ha perdido su capacidad de maravillarnos y sigue siendo completamente conmovedora. Ahora, esta adaptación escenificada, producción del English National Opera, sale por primera vez fuera de Inglaterra para hacer su primera parada en el Gran Teatre del Liceu, donde se podrá ver a partir del 21 de octubre y hasta el 2 de noviembre.
Con concepto escénico de Daniel Kramer y el artista visual Wolfgang Tillmans, la potencia audiovisual de la ópera hace que sobren los motivos para no perdérsela y adquirir las entradas antes de que se agoten. ¡Pero aquí os los resumimos en tres!

1. La escenografía

Ya no podéis comprobar vosotros mismos con las imágenes. La fuerza visual de esta obra nace gracias a la unión del lenguaje del videoarte, a cargo del aclamado artista visual Wolfgang Tillmans, y la dramaturgia operística, de Kramer.
Una escenografía con un profundo efecto poético que se transforma, crece y disminuye según la intensidad del argumento. ¡Una auténtica guerra de colores y símbolos!



2. Grandes voces en escena

La guerra es caos y la presencia simultánea y caótica de tres voces es el reflejo perfecto. Hablamos de la soprano Tatiana Pavloskaya, una de las grandes ‘spintos’ de las últimas décadas; el tenor Mark Padmore, especializado en lied y en partes solistas de oratorias; y el barítono Matthias Goerne, con mucha experiencia en el lied alemán y en papeles de gran intensidad del repertorio wagneriano y del siglo XX.
Además, cuentan con la compañía de la Orquestra Simfònica del Teatre al completo, dirigida por Josep Pons, y los coros, que arrastran el peso de la ópera mientras las voces que los forman se maridan con la potencia de los grandes protagonistas de la producción.

3. El mensaje antibelicista

En la primera página, Britten escribió: “Lo que me ocupa es la guerra y la lástima de la guerra. La poesía está en la lástima… todo lo que un poeta puede hacer hoy es avisar”. ¡Con esto lo decimos todo! La relación entre los textos y la música, el papel de los diferentes planos orquestales y las intervenciones hacen de la ópera una maquinaria pacifista, un llamamiento a la paz mientras se grita guerra.

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