Dirección: Elisabet Sopesens. Dramaturgia: Iban Valero. Intérpretes: Jaume Casals, Mireia Òrrit, Marc Andurell, Iban Valero, Maria Hurtado y Elias Ashtari.
Es evidente que las crisis familiares de los héroes, semi-dioses y dioses del Olimpo no están muy lejos de los guiones de un culebrón de pasiones desaforadas como 'Dinastia' o 'Nissaga de poder'. Traiciones, adulterio, venganzas, incestos, suicidios, infanticidios. Sexo y muerte en orgiástica celebración.
Iban Valero -también actor- se ha fijado como dramaturgo en el mito de Bóreas (el viento del Norte) para fabular sobre las truculentas relaciones de una parte de sus descendientes: los hijos de Oritía y de las yeguas de Erictonio. Una familia sin matices, de villanos, ángeles y un potro irónicamente atado a una silla de ruedas.
La novedad que aporta 'Tramuntana' es un giro dramático que traslada esa divertida pelea de fango de emociones a un entorno más próximo, precisamente azotado por un viento que forma parte de la mitología cultural catalana, recogida en este montaje por el poema 'Crist de la Tramuntana' de Carles Fages de Climent. Sobre la efectividad de este recurso se plantean grandes dudas, sobre todo respecto en qué puede enriquecer ese gesto a una lectura del texto que hasta ese momento se había situado en las reglas poco estrictas -también interpretativas- de una 'soap opera' extrema.