Pol López es un crack. No importa que se ponga en la piel de 'Enrique V', del chico autista de 'El curioso caso ...' o en el de bueno y sencillo Roc, que cuando bebe demasiado se hace pasar por el hijo del presidente en una escena de humor despampanante. El actor convierte en único, en singular, un papel pequeño y convencional, un perfil bastante corriente. De hecho, en 'L'onzena plaga', tercera y última entrega del ciclo 'Tot pels diners' del Teatre Lliure, todos los personajes son corrientes, arquetipos de la actual sociedad. Y la verdad es que el texto de Victoria Szpunberg los hace reconocibles pero insignificantes.
La obra es muy coral y arranca con un atractivo planteamiento, una cena. Las cenas dan mucho de sí en el teatro. En este caso una pareja heterosexual con graves dificultades económicas invita otra de homosexuales con el objetivo de conseguir trabajo. Pero nada sale como estaba previsto por culpa de unas ratas. Si, la undécima plaga es de ratas. Y por supuesto que la idea introduce un interesante nivel de desasosiego que podría dar mucho de sí pero que prácticamente desaparece con el postre de la cena.
¿Y qué queda? Pues una sucesión de escenas bien escritas y bien interpretadas de una historia convencional. Ciertamente que existe la voluntad de oponer la realidad a la superestructura mercantil (los poderosos están ausentes pero se los cita) que todo lo convierte en mercancía sujeta a tráfico pero la mirada es ingenua y aquella voluntad desvanece como Dylan Bravo, el magnífico personaje coprotagonista de la primera entrega, 'Mammón', y que aquí parece metido con calzador. Sin embargo, la puesta en escena es ágil y entretenida.
Time Out dice
Detalles
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- 12-21 €
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