Un monólogo con el título 'Tinc 50 anys i sóc dona' con una publicidad que se inspira en la famosa foto de Christine Keeler –en el espectáculo el homenaje es más explícito– lleva a otros montajes que se estructuran como una sucesión de chistes sobre las peculiaridades de género. Errónea suposición. El texto póstumo que Julià Peirò regaló a su compañera, la actriz Sílvia Alabart, es una peculiar obra protesta sobre cómo haber llegado a los 50 sin haber desfallecido en el intento y de paso reivindicar otro modelo de mujer madura.
Con la excusa de una fiesta de cumpleaños sorpresa y el misterio de un novio ausente (brasileño, 15 años más joven) van pasando temas como la iniciación sexual, el aborto –un tanto forzado en su aventura londinense–, la maternidad, la enfermedad, el maltrato, el deseo en la madurez, la vejez y la amistad, y con un tono firme, sorprendentemente reivindicativo.