Dirección: Ferran Guiu. Adaptación: Marc Gómez. Intérprete: Lourdes Fabrés.
'Tell me on a Sunday' es un pequeño musical de Andrew Lloyd Weber de vida agitada desde su nacimiento en 1979. Considerado una de las colecciones de canciones más inspiradas de un compositor revienta-taquillas con sus grandes producciones, el perfil de la protagonista absoluta ha pasado por numerosos filtros y reescrituras para hacerlo más correcto para el público, la crítica y las cantantes-actrices que han asumido el papel. De “la mujer” solo conoceremos sus sucesivos fracasos con los hombres que pasan por su vida. Golpe tras golpe de decepciones hasta que –cuando el personaje ya comienza a irritar por su enfermiza dependencia emocional– madura y abandona su círculo vicioso para verse como una mujer independiente. En todos los sentidos.
Con una estructura en cuatro fases (ruptura, enamoramiento, proyectos de futuro y desencanto), la situación es un cruce, en un escenario claustrofóbico, entre las desventuras de Bridget Jones (sin casi humor) y la amante abandonada de 'La voz humana' de Cocteau. Una mujer encerrada entre las cuatro paredes del ámbito doméstico –en Londres, Hollywood o Manhattan–, esperando siempre el ansiado regreso del amado o la visita de amigas-enemigas, todas mensajeras de la traición.
En la versión que ha dirigido Ferran Guiu, la protagonista sigue siendo una figura que genera poca empatía, Pero Lu Fabrés –quizá en su primer gran papel en solitario– lo defiende con la misma pasión que sus prestigiosas antecesoras internacionales. Meritorio trabajo por todas las dificultades que entraña, tanto vocales como interpretativas. Ella sola tiene que evocar todas las sombras de una deriva sentimental sin rumbo.