Massa brillant
La puesta en escena de 'Massa brillant' es espectacular. Un personaje solo, Guillem (Daniel Mallorquín), sobre una tarima muy alta. Le rodean los amigos que lo acompañan a una fiesta de drag queens en la Sala Apolo: su novio Albert (Santi Cuquejo), Víctor (Jordi Martí) y el drag Gorka (Carlos González), que lleva un vestido deslumbrante. Desde el principio se ve claramente que Guillem no quiere estar allí, en la fiesta. Ocupará el escenario solo durante buena parte de la función, con los amigos alrededor, pero lejos, en los balcones de la Sala Pequeña.
En 'Karaoke Elusia', la primera obra de Oriol Puig, nos narraba un caso de acoso escolar que terminaba de forma trágica. Nos hablaba de sentirse diferente y de sufrir las consecuencias. Aquí, en 'Massa brillant', el autor transita por un camino paralelo, pero en una sola noche y en un ambiente radicalmente distinto. Guillem, como Sam en el montaje anterior, también se siente fuera de lugar: hace todo lo que le dicen que haga, pero su cuerpo se rebela. El pañuelo que le han puesto le pica, siente vértigo al acercarse al escenario, no le caen bien los amigos de Albert...
Guillem parece un chico que está buscando su lugar en un mundo que no lo acompaña
El problema es que toda la historia es algo superficial y nos falta contexto. Es decir, Puig no nos ofrece suficientes elementos para valorar todo lo que pasa por la cabeza de Guillem y todo lo que vive y dice. Sin saber quién es, de dónde viene, no podemos valorar si el ataque...