Una creación colectiva del Workcenter Studio in Residence. Dirección y dramaturgia: Thomas Richards. Con: Alonso Abarzúa, Gina Gutiérrez, Juan David Salazar, Felipe Salazar, María Solarte, Javier Cárcel, Hidalgo-Saavedra, Lynda Mebtouche.
Jerzy Grotowski es, seguro, un desconocido para la mayoría de los espectadores y como mucho algunos pueden recordar el llamado teatro 'povero' que tuvo cierta predicación en los años 70 y 80 entre los círculos teatrales más curiosos. Grotowski es uno de los directores y sobre todo investigadores más importantes del teatro del siglo XX y su labor ha sido seguida en la bella Toscana por Workcenter of Jerzy Grotowski and Thomas Richards que presenta ahora en el pequeño Akadèmia un impresionante trabajo de creación colectiva donde se hace patente que el adjetivo 'pobre', lejos de ser un perjuicio, es una evidencia de cómo la austeridad escénica empuja la imaginación y estimula el talento para conseguir lo que no ofrecen todos los medios.
'Sin fronteras' tiene algo de acontecimiento porque esta dirigido por el heredero áurico de Grotowsky, Thomas Richards, y porque pone en valor el teatro como ritual que golpea, que modifica, que ilumina una teatralidad exuberante de raíces antropológicas y una manera de interpretar forjada en la energía y la reivindicación de los actores y actrices. 'Sin fronteras' es un partitura cargada de fuego, una poética del cuerpo y de la palabra, perfectamente dicha, capaz de crear una realidad escénica alejada de las convenciones y de los mimetismos.
'Sin fronteras' parece hablar de un terremoto en Chile en 2010, pero en realidad es una especie de cruel sarcasmo sobre la ayuda humanitaria, la revolución y, especialmente, de la religión y depara cuadros tan salvajes como la misa en la única iglesia en pie.
La función es fruto de un largo proceso de trabajo encuadernado por la mano del director con brillante afinación de los siete latinoamericanos que renuncian a ser, por ser en un juego sorprendente cargado de pasión y de humor negrísimo.