No es necesario ir a La Habana y tampoco hay que ir a Calella de Palafrugell para pasarlo bien con una cantada de havaneres con la ventaja de que en La Gleva te invitan a un vasito, o dos, de auténtico cremat, y es mucho más fácil llegar. Que de esto va el nuevo espectáculo del prolífico dramaturgo, poeta y narrador Marc Artigau. La obra viene a ser un 'patchwork' festivo y colorido que mira esta tradición musical desde el Empordà con cierto protagonismo del maestro Josep Pla y en el que las letras de las havaneres no son sólo para escuchar sino también un pretexto para la ironía y para plantear un juego actoral muy bien conducido por Joan Maria Segura Bernades y que a nuestro entender es de lo mejor de la propuesta.
Un juego de comunión con el público establecido desde el inicio las coordenadas de una función tan sencilla como las tonadas que se interpretan y tan amena como la frescura del agua con que te rocían para combatir el calor. Y todo gracias a tres intérpretes que se lo pasan bien y lo hacen pasar bien aunque el canto no sea el fuerte de todos ellos. Se impone, sin embargo, la simpatía y desparpajo de Josep Sobrevals, el buen cantar a la guitarra de Miquel Malirach y la vis cómica de Cristina Arenas.
Idea original: Cristina Arenas. Autor: Marc Artigau. Dirección: Joan Maria Segura. Interpretación: Miquel Malirach, Josep Sobrevals, Cristina Arenas.