La comedia de Shakespeare 'Noche de reyes' es canónica. Es un juego de enredos de bandera destinado a hacernos reír aunque sea en ruso, como nos demostró Declan Donnellan en Temporada Alta 2017 o, más modestamente y en catalán, Pau Carrió en 2017 en el Lliure, con la Kompanyia. Els Pirates, en la Akadèmia, han atacado la obra del Bardo sin los recursos de sus predecesores, ni con su imaginación. Le faltan muchas cosas a este montaje, y no lo digo sólo por haber reducido la pieza a dos horas.
Shakespeare nos cuenta la historia de dos hermanos gemelos, Viola (Lluna Pindado) y Sebastián (Eduard Autonell), que llegan naufragados a Iliria. Ambos creen que el otro ha muerto. Viola se traviste y deviene Cesáreo para pasar al servicio del duque de Orsino (Xavi Fraude), que está locamente enamorado de la condesa Olivia (Mònica Barrio), que le da calabazas. En medio de los dos nobles, toda una corte de criados envolverán la madeja a más no poder, con el pobre mayordomo Malvolio (Carles Gilabert) que será el hazmerreír del servicio. Aquí, el bufón Feste (Mònica Portillo) hace de contrapunto por su lengua larga y la fina ironía de su verbo, lo que no vemos en el montaje dirigido por Adrià Aubert.
A la función le falta garra y el ritmo de vodevil que provoca que una comedia avance, que los gags no caigan en saco vacío. Sólo con Malvolio y el señor Andreu (Ricard Farré) esbozamos alguna sonrisa. Todo va demasiado rápido y al mismo tiempo es tan lento... Ni las canciones ayudan, sobre todo cuando alguna letra torpe hace decir a Feste que "la lluvia llueve" o cuando se desvela la trama, que vemos venir a la legua. Una lástima.
Autor: William Shakespeare. Dramaturgia y dirección: Adrià Aubert. Con: Eduard Autonell, Mònica Barrio, Ricard Farré, Xavi Frau, Carles Gilabert, Ariadna Pastor, Lluna Pindado, Mònica Portillo, Vanessa Segura, Josep Sobrevals.