Aunque el foco caiga a menudo sobre los dos amantes del musical, Blanca (Alèxia Pascual) y Saïd (Jordi Garreta), 'Mar i cel' es un espectáculo muy coral, donde hace falta un buen reparto y donde todo el mundo tiene algo que decir durante las cerca de tres horas de función. La pareja es central, pero sin un buen Idriss (Berta Luna), un buen Ferran (Eloi Gómez), una buena Teresa (Clara Renom), una buena María (Candela Díaz), un buen Hasén (Albert Gràcia) y un buen Joanot (Abel García) es imposible que el espectáculo despegue.
Y no sé si es porque recordaba bastante el montaje de 2014 que en el último 'Mar i cel' he encontrado que lucían más los secundarios que los personajes principales. No es que tengamos una Blanca y un Saïd inferiores a los anteriores en general, pero sí creo que Roger Berruezo y Ana San Martín, en lo que se refiere a la voz y la interpretación, nos llevaban a otro sitio. Y es que la magnífica partitura de Albert Guinovart es intrincada.
"Guimerà quiso escribir un 'Romeo y Julieta' en alta mar y le salió redondo"
Lo curioso es lo bien que se le han puesto los años en esta obra escrita por Àngel Guimerà a finales del siglo XIX y adaptada por Xavier Bru de Sala en los años 80 del siglo XX. Quien nos habría dicho que el barco de los piratas podría ser metáfora de tantas cosas que ocurren hoy día no solo en nuestro país, sino en buena parte de Occidente: el amor imposible entre el morisco Said y la cristiana Blanca no es tan posible hoy, como posibles son las traiciones y las promesas que nunca se cumplen. Guimerà quiso escribir un 'Romeo y Julieta' en alta mar y le salió redondo, más contemporáneo aún que la disputa entre los Montesco y los Capuleto de Shakespeare.
"El montaje parece nuevo y de eso se pueden jactar pocas obras estrenadas en el siglo XXI"
Con Joan Lluís Bozzo retirado, Anna Rosa Cisquella y Miquel Periel han tomado las riendas de la dirección del musical. En 2014, Bozzo ya incorporó las proyecciones marítimas. Y el montaje ha quedado hace diez años. Parece nuevo y de esto se pueden jactar pocas obras estrenadas en lo que llevamos del siglo XXI. Y todo es de una osadía extraordinaria. Que el bis final lo protagonice el barco mientras suena el 'Himne dels pirates', parte integrante del cancionero popular al nivel del 'Virolai', ya denota cómo 'Mar i cel' ha impactado al menos tres generaciones de catalanes.
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