La versión libre y lógicamente reducida de Carles Mallol es clara y ágil en cuanto al argumento, a la historia de dos hermanos enfrentados, pero menos en la definición de los perfiles de los personajes y en especial del de Karl, el hermano convertido en bandido, víctima del odio y ambición de Franz pero también de sus actos y sus contradicciones.
La dirección de actores, de Mallol, es asimismo hábil y cuidadosa pero presenta problemas de dicción en algunos intérpretes originados probablemente por la dificultad de proyectar el florido lenguaje de la pieza con la tensión que se les pidió y las acciones que se derivan. Y es una lástima porque la función tiene ritmo y se sigue con interés. Y porque da un perfil bastante diferente y muy contemporáneo de Amalia, la novia de Karl, pretendida y violada por Franz. Una Amalia dominadora y aguerrida que, al fin, gozosamente, será quien liquide, literalmente, los bandidos y someta a Karl en una escena muy diferente de la original, pero con un agradecido toque humorístico que recuerda la sangría final de 'Hamlet' o 'Titus Andrónico'.