De: Harold Pinter. Traducción: Ernest Riera i Arbussà. Dir: Xicu Masó. Con: Carles Martínez, Albert Pérez, Marc Rodríguez.
'El encargado' ('The caretaker', 1960) es una de las primeras obras del Nobel de Literatura y el primer éxito de una trayectoria llena de reconocimientos. Pinter la escribe el mismo año que Samuel Beckett da vida a 'Dias felices' y ocho después que ‘Esperando a Godot’, hay que decirlo que dejar clara la influencia del llamado teatro del absurdo y del teatro de la ‘incertidumbre’ en una obra que está llena de humor.
Un humor que sale de la contraposición entre lo que dicen los tres personajes y cómo lo dicen llegando por momentos a la figura del clown, por mucho que ninguno de ellos lo sea. Al contrario: son un vagabundo (Albert Pèrez) a quien recoge e invita a su casa un hombre discreto, callado (Carles Martínez), y su hermano alocado (Marc Rodriguez).
El director, Xicu Maso, habla de una partitura. Y es cierto que Pinter construye unos diálogos entrelazados que exigen una ejecución milimétrica, naturalista sin realismo. Y vaya si Masó lo consigue, con la fluida traducción de Ernest Riera. Los tres actores, perfectamente coordinados, jugando con precisión la comicidad y el suspense de unas situaciones lo suficientemente normales como para resultar extrañas. Si Albert Pérez está soberbio y Marc Rodríguez brillantemente cínico, Carles Martínez nos regala una composición orgánica y unas expresiones de enorme profundidad.
Muy acertado el cambio de los referentes geográficos, ya que juega a favor del humor, el espacio escénico realista (Paco Azorín) y la iluminación (August Viladomat). 'El encargado' es uno de los mejores Pinter que hemos visto porque penetra hasta la raíz del texto y el absurdo y se convierte en la cotidianeidad de todos nosotros. Gran teatro. Gran función. Imprescindible.