Esta noche el maestro de ceremonias es Jordi Andújar. Cuando los tacones, las medias negras, el corsé y el frac pasan a Roberto G. Alonso -también dramaturgo, director y coreógrafo de esta singularidad parateatral- será otro cabaré brossiano. Con Andújar posee una inocencia (la de la primera vez) que aporta un tono casi naïf a un espectáculo que es un sentido homenaje-catálogo al universo creativo de Joan Brossa: su elaborada pasión por el music-hall, su obra como poeta visual, su faceta de dramaturgo y greguerista. Desde la camisa blanca de Christa Leem -reencarnada por la bailarina stripteasista Laura Marsal- hasta su admiración por (Volks)Wagner.
Pero tampoco debemos desechar el toque Alonso en esta producción. El peso de la danza, la ambigüedad -asumida con carnal inocencia por el bailarín y coreógrafo David Marín-, la decadencia del cabaré berlinés de entreguerras, sus raíces jiddish y sus perversiones antagónicas -la cantactriz Elena Martinelli con la desnudez vestida de Charlotte Rampling en 'Portero de noche'-; la irreverencia anticlerical con sensualidad felliniana -compartida por Brossa-, la banda sonora afrancesada servida por Jordi Cornudella. Mundo canalla que renace como si nunca hubiera sido castrada por la cultura oficial.
Dirección y coreografía: Roberto G. Alonso. Dramaturgia: Marc Rosich. Con: Jordi Andújar, Jordi Cornudella, Roberto G. Alonso, Davo Marín, Laura Marsal y Elena Martinell.